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Foto del escritorRegiónCaribe.org

"Viva Paragüita" en su partida


Como si de una Batalla de Flores se tratará, cientos de Barranquilleros se dieron cita en el cementerio Jardines de la Eternidad para despedir a Cesar “Paragüita” Morales.


El mismo sol que ameniza las tardes de los 4 días de carnaval una vez más lo acompañó como de costumbre, con una corte de marimondas revestidas de alegría, pero con un dolor latente.

Ahí, grupos folclórico precedidos por el sonar de la flauta de millo y una papayera ambientaban el lugar; no era un sepelio normal, se encontraban personajes que suelen caminar por la Via 40; las lentejuelas, los colores brillantes y maquillajes despampanantes adornaban el lugar, Y los marimondas, danzando de manera descomunal en un pasillo lleno de dolor, pero alegres porque despedían de la mejor a quien un día las trajo de la oscuridad. Y en el publico rostros tristes que escondían a seres únicos.

Entre ellos, algo en común tenían, Aníbal, Burro, Jaime y el Indio “Piel roja”, todos con historias vividas a lado de un grande. Todos tenían un apodo puesto por él, Tomás Salcedo, era Aníbal Velásquez. lejos de ser el Rey de la guaracha, Su bigote lo hizo meritorio de tal nombre en los años 90 cuando en las chanchas de softbol de ese entonces “Telecon” se disputaban partidos que siempre llevaban como aditivo perfecto los gritos entre compañeros, “Hey Aníbal tira bien esa vaina...”


Después de eso tuvo que pasar mucho tiempo para que Tomás Salcedo se uniera a una familia que lleva por nombre “Las Marimondas del Barrio Abajo”, asegura que “El primer día uno cree que sabe bailar, pero termina bien erredao”.

Muchos coinciden. Paraguita era una persona muy disciplinada en lo que le apasionaba, “la vez pasada en pleno ensayo yo estaba comiendo chicle cuando de la nada se apaga la música y me dice … bota el chicle, tu vez esa vaina, paró el ensayo solo para que botara el chicle, estando reunidas 250 personas”. En su rostro, la mirada perdida en un recuerdo poco lejano y una sonrisa que evoca el momento.

- y cómo lo va a recordar? Bailando. En la via cuarenta.

Asegura que hacer parte de esta comparsa es una tradición, más de 16 personas de su familia están en ella. Pero quien desde un principio estuvo hay fue, José Bustos. Telecon una vez más fue la excusa para entrelazar vidas entorno a una amistad “Cuando trabajaba en la oficina yo lo vi haciendo unas corbatas con un cartón, entonces dijo, ¿te quieres meter conmigo en esto?, y yo le dije, Eche méteme, después me mando a comprar unos vestidos allá en el boliche, unos pantalones viejos, unos sacos viejos y acá le hicimos los remiendos y entonces sacamos el baile y reunimos a otros”, el popularmente conocido “Burro” asegura que este, fue su primer encuentro con lo que hoy sería una de las comparsas más concurridas del Carnaval de Barranquilla.

En medio de las Batallas de flores él iba adelante en su carrito, pero de un momento a otro se iba hacia atrás y mandaba a poner las caretas, pero lo bueno siempre venia después, “Me decía, Hey Burro ahora que termine nos vamos pa la casa y nos tomamos un sancocho de mondongo… El es mi amigo” dice entre lágrimas Burro, su eterno compañero.

El tiempo pasa y no en vano, actualmente hace parte de ella con el corazón, “yo hago parte, pero ya no bailo, mis años no me lo permiten”.


Pero entre tanto, Jaime Caseres recuerda el día que le pegó a Paragüita, “Porque él estaba peleando con la mujer y como yo la conocía de otro lado, pero no sabía que estaba con él, me metí y en medio de la discusión me dijo …eche Jaime ella es mi mujer, después de ese encontrón no fuimos enemigos, más bien la vaina se puso más buena, pasamos a hacer amigos, él me llamaba para ser parte de su desfile en la cuadra”, de eso ya 30 años.

En medio de esa relación tan seria que tenía por su trabajo, no dejaba de lado eso que lo hizo tan característico, “siempre se metía conmigo, era pura mamadera de gallo, me decía, Negro me las vas a pagar, me las debe”.

Sus relaciones eran muy abiertas, se ganaba a cualquier persona, así como el Indio Piel Roja y en este caso el gancho fueron los disfraces. - teníamos una amistad muy ferrería, lástima que no lo vi por última vez.

De él lo que más recuerda es la mamadera de gallo, siempre estaba alegres “Eche, hace rato estuvimos en cartagena y a puertas del hotel el vigilante nos cogió y nos dijo que “usted no entra con ese rifle”, en ese momento todos llevamos los disfraces, ellos iban con las marimondas y yo con el indio, cuando Paragüita dijo con autoridad “si el indio no entra ninguno entra, nos vamos para Barraquilla, tu veras que haces. Entonces el man dijo “Te vas a marear, es embuste, le estaba mamando gallo al indio”. Y hoy él se disfrazó para Paragüita.

Su partida a dejado un sin sabor en una fiesta que hoy no se disfruta desde su esplendor. por ahí dicen que lo que está en el corazon de eso habla la boca y tienen razón, en los silencios se sentía la tristeza, pero con la flauta de millo y la papayera al fondo las penas se iban y el corazón empezaba a bailar al compás de las marimondas para despedir a un padre hacedor del Carnaval de Barranquilla.

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