Aura Pareja, sentada de brazos cruzados en la sala de su hogar, da una cálida bienvenida. Antes de abordar las preguntas de la entrevista, ella se adelanta y empieza a describirse como una persona orgullosamente costeña, la mayor de 4 hermanos, solidaria, activista, egresada de la Universidad del Atlántico y feliz de ser docente; todo esto sonando mecánicamente como si días anteriores hubiera practicado arduamente quien es Aura.
Foto: Fabiana Duque
A causa de los ruidos de los carros pasando con música, ella se disculpa por tal y procede a llevarnos a su pasado. Remontándonos hace tres décadas comenta con cólera que de niña vivió una experiencia desagradable en su colegio debido a un maltrato por parte de un trabajador ocasionando el intercambio de colegio a la escuela “La Anexa” donde cosecharon en ella esa semilla por el amor a la educación gracias a su profesora Maruja, que impactó en el nivel de su recuperación de esas raíces secas que dejó ese momento áspero de su anterior instituto.
Con el pasar de los años, el análisis del comportamiento social se convirtió en algo primordial a la hora de elegir que quería ser Aura en la vida. Añorando estudiar psicología, su situación económica le obstaculizó este sueño por lo que optó por ciencias sociales y es ahí donde se cultiva en ella aún más el amor por la educación.
El temprano fin de una vida tocó el ser profundo de Aura, la muerte de su padre, a quien con gran melancolía recuerda como un gran líder político en las filas del liberalismo y es ahí donde menciona que en su sangre bombea el liderazgo.
Adentro de ese mundo del análisis del comportamiento social, nace una construcción de empoderamiento en ella y esto se empieza a ver reflejado al entrar al movimiento estudiantil de su alma mater. Deseando siempre más, se especializa en bullying y violencia de género, pero al sentirse insatisfecha, se adentra a la rama de la docencia buscando generar un cambio.
Foto: Cortesía
Mientras movía sus piernas inquietamente tratando de recordar la transformación de aquella Aura pasada, decide tocar el tema del feminismo en su vida, “Me acuerdo que no me podía quedar ahí solo con lo de mi especialización, es por eso que me adentré al bonito mundo del feminismo tratando siempre de deconstruir ese machismo patriarcal y empoderar a las mujeres”.
Foto: Fabiana Duque
Demostrando ser una mujer persistente, añadió a su historial de vida la defensa de los derechos humanos. Aura con el pasar del tiempo se volvió activista del movimiento feminista y de derechos humanos haciéndola reconocida gracias a su amor y sentido de pertenencia.
Hoy con 58 años de edad todo ese activismo le ha dado voz y participación en grandes acontecimientos como marchar en la chiva de la Minga cuando vino por primera vez a Barranquilla; aún así todo tiene un precio en la vida. Debido a sus constantes enseñanzas y luchas, ha recibido amenazas y aunque le digan que es terca, es esa misma la que la mantiene firme como tronco en tormenta devastadora.
Foto: Cortesía
Aura por medio de la educación lucha por un cambio auténtico, logrando superar las desilusiones positivamente de mano de la fe. Ella brota hojas de conocimiento y el ver a sus estudiantes florecer la llena de felicidad porque ella aprende de sus estudiantes, así como ellos de ella, creando un aprendizaje de doble vía. Con palabras de anhelo, Aura se motiva y convence de que la educación transforma vidas y nos hace mejores personas porque en su lucha está la construcción colectiva.
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