La canción con la que Diomedes Díaz inmortalizó su amistad con Juancho Rois tras recibir un regalo de protección.
Hace casi tres décadas en el corazón mismo de Valledupar, resonaba un rumor emocionante entre los aficionados del vallenato. La noticia se esparció como un fuego encendido: Diomedes Díaz, la leyenda viviente de este genero musical había grabado una canción especial dedicada a su fiel compañero y acordeonista de toda la vida, Juancho Rois.
La canción se titulaba "Un canto celestial", y pronto se convirtió en tema de conversación en las esquinas, cantinas y plazas de la ciudad. Los 'diomedistas' esperaban ansiosos el lanzamiento oficial. Algunos decían que era una forma de agradecer a Juancho Rois por su dedicación y por los años de amistad y música compartidos.
La historia detrás de la canción era tan profunda como la amistad entre estos dos grandes del vallenato. Juancho Rois había sido el acordeonista principal en la agrupación de Diomedes Díaz durante muchos años, siendo una parte esencial de su sonido característico y de su éxito indiscutible. Juntos habían recorrido escenarios por toda Colombia, llevando la alegría del vallenato a miles de corazones.
El día del lanzamiento finalmente llegó. En una pequeña discoteca de Valledupar, conocida por ser cuna de muchos éxitos vallenatos, se reunieron amigos, músicos y fans para escuchar por primera vez "Un canto celestial". La canción resonó con fuerza, con acordes de acordeón que evocaban los paisajes áridos pero hermosos de la región caribeña y la voz inconfundible de Diomedes entonando letras de agradecimiento y amistad verdadera.
En la canción, Diomedes expresaba cómo la música los había unido más allá del tiempo y las circunstancias, y cómo Juancho Rois había sido no solo su compañero musical, sino un hermano en los momentos difíciles y de celebración. Los versos hablaban de la vida compartida en la carretera, de los sueños realizados y de la pasión inquebrantable por la música vallenata.
Al finalizar la canción, el público estalló en aplausos y vítores. Para muchos, "Un canto celestial" no solo era una canción más en el repertorio de Diomedes Díaz, sino una oda sincera a la amistad y al compromiso mutuo que había marcado la trayectoria de ambos músicos.
Cuenta en una de sus crónicas el periodista vallenato, Juan Rincón, que esta virgen terminó en un sitio especial en la finca del cacique de La Junta.
“Diomedes trajo la Virgen del Carmen. Desde ese momento la limpiamos, le ponemos sus velas, flores, le rezamos con fe y devoción. Ella nos cuida y libra de todo mal”, dijo María Mercedes González, quien cuidaba la finca con su hijo, según reveló Rincón.
La noche terminó con abrazos, felicitaciones y promesas de seguir celebrando la música vallenata. En los días siguientes, la canción se convertiría en un éxito rotundo en las emisoras locales y en un himno para aquellos que valoraban la amistad verdadera y la pasión por la música.
El regalo de Juancho a Diomedes
Juancho Rois sabía de la devoción de Diomedes hacia la Virgen del Carmen, patrona de los conductores, marinos y pescadores. Conocedor de la importancia de la fe y la protección espiritual en la vida de su amigo, decidió regalarle una imagen de la Virgen del Carmen.
El gesto de Juancho Rois al regalarle la imagen de la Virgen del Carmen no solo fue un acto de amistad, sino también una muestra de preocupación y cuidado por la seguridad y el bienestar de Diomedes. La imagen de la Virgen del Carmen se convirtió en un símbolo de protección y compañía espiritual para Diomedes durante sus viajes y en su vida cotidiana. Como gesto de agradecimiento, Diomedes inmortalizó este echo en su canción.
Me regaló Juancho Rois la Virgen
Me regalo la Virgen del Carmen
Me regaló Juancho Rois la Virgen
Me regaló la Virgen del Carmen
Y ahora la tengo en Carrizal
La tierra donde yo nací
Donde Juancho conoció a Martín
Y también conoció a mamá
"Él (Diomedes) decía que la virgen se la había regalado Juancho Rois. Cada vez que llegaba se arrodillaba, lloraba, rezaba y hasta le pedía muchas cosas a la Virgen del Carmen", cuenta González en una nota publicada por Juan Rincón en el medio Midiario.co
Así, "Un canto celestial" no solo quedó grabada en los registros musicales, sino en los corazones de todos aquellos que creían en la magia del vallenato y en la eterna gratitud entre amigos que comparten el mismo amor por la música y la vida.
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