Desde inicios de este año la Armada Nacional detectó distintas rutas ilegales que van desde la isla colombiana hasta las costas de Nicaragua, donde los migrantes indocumentados llegan para poder tomar desde allí rumbo terrestre hasta Estados Unidos en busca del ‘sueño americano’. Conozca como operan estas redes de tráfico de personas.
A lo largo de la historia emigrar ha sido un acto que han llevado a cabo millones de seres humanos alrededor del mundo con la intención de buscar mejor calidad de vida. De hecho, hace más de 100 mil millones de años era necesario que las personas se trasladaran frecuentemente de un sitio a otro para poder sobrevivir, pues en ocasiones era imposible establecerse en un mismo sitio por distintas cuestiones, como el clima, la alimentación, el refugio etc.
Pese a que en la actualidad la forma de emigrar no es como en aquellas épocas, aún hoy día hay quienes se arriesgan a salir de su nación en busca de mejores oportunidades; sin embargo, hacerlo no es tan sencillo, es necesario realizar una serie de procesos y cumplir ciertos requerimientos dependiendo del destino de cada quien, estos requisitos están sujetos a las leyes de cada país, y siempre o casi siempre son procesos largos y tediosos los que se exigen para poder establecerse en territorios extranjeros.
No obstante, este tipo de procesos no los realiza todo el mundo, generalmente porque suelen ser costosos y en ocasiones realizarlos no da garantía de ser aceptados en el destino elegido. Por ello, algunas personas en su afán de estar mejor y ofrecerles mejores oportunidades a sus familias, se arriesgan a emprender viajes peligrosos hacia otros países por medio de rutas ilegales, las cuales en ocasiones suelen estar llenas de distintos ‘baches’ que dificultan al migrante todo su trayecto.
Este tipo de casos se han vuelto el pan de cada día para distintos países, de hecho, desde hace más o menos 10 años a Colombia han llegado cerca de 2,5 millones de venezolanos buscando escapar de la dura situación que atraviesa Venezuela. De esa cantidad un gran número de personas llegaron por medio de trochas y caminos peligrosos, algunos por la falta de documentación y otros porque la vía principal que comunica ambos países duró mucho tiempo militarizada y sin permitir el flujo de personas.
Actualmente Colombia sigue siendo un destino para la migración ilegal, pero ahora no es solo por parte de los ciudadanos del vecino país; pues hay una problemática mayor que viene presentándose desde hace algunos meses: personas provenientes de territorios como República Dominicana, Haití, Venezuela, Cuba, e incluso, países tan lejanos como Uzbekistán, están utilizando a San Andrés y Providencia como un puente para llegar marítimamente y de manera irregular a países como Nicaragua y otros de Centroamérica, para desde allí seguir el recorrido hacia Estados Unidos.
Desde Nicaragua el camino hacia el país norteamericano se vuelve menos peligroso ya que al atravesar de esta forma están evitando el paso terrestre por Panamá y Costa Rica, en donde se encuentra la selva de Darién, en la cual desde hace varios años viene desarrollándose una difícil crisis migratoria y en la cual muchas personas han llegado incluso a perder la vida debido a la dificultad que implica atravesarla.
Solo en lo que va corrido de agosto, la Armada Nacional informó que se han capturado en San Andrés un total de siete lanchas y 119 migrantes, quienes buscaban realizar este recorrido. Según explicó la institución, son varias las rutas que hasta el momento se han detectado en la isla y que suponen un riesgo no solo para la vida de las mismas personas, quienes podrían ahogarse si llegan a fallar las pequeñas embarcaciones en las que son transportadas, sino también para el propio Archipiélago que podría fácilmente convertirse en una zona invadida, si la situación no se controla rápidamente.
Otro punto desafortunado que desencadena esta problemática, es la presencia de menores de edad que realizan este tipo de viajes, pues, al ser niños o adolescentes no queda bajo su control el poder decidir si desean exponer su vida o no, pues deben hacerlo al ser llevados hasta allí por sus familiares que, aunque lo hacen por “una buena causa”, lo que realmente logran es arriesgarlos a que el infortunio les juegue una mala pasada.
Un negocio redondo
Por otro lado, el tráfico irregular de personas se ha convertido en ‘el modo de sustento’ de las redes que se dedican a vender ‘paquetes’ a precios exuberantes a quienes deseen hacer estos viajes.
Según el capitán de Navío Octavio Gutiérrez, jefe de Estado Mayor Conjunto del CESYP en el Archipiélago, son más de 1.500 dólares (6 millones 600 mil pesos aproximadamente) los que debe pagar cada migrante para obtener un cupo dentro de las embarcaciones que prometen llevar a las personas en un viaje que dura un promedio de ocho horas hasta el país de Centroamérica que sea más factible, generalmente Nicaragua.
“Es algo muy triste porque las personas abusan de la necesidad que tienen los migrantes. Para las autoridades en San Andrés se ha convertido en una situación difícil de manejar porque en muchos casos los migrantes viajan con menores de edad, infantes de brazos”, explicó el capitán.
El comandante del Comando Específico de San Andrés y Providencia, Hernando Mattos, declaró que estas rutas ilegales en la isla comenzaron a ejecutarse desde inicios de este año, cuando capturaron las primeras lanchas. Según él, por la cantidad de personas que ya se han encontrado intentando atravesar el mar de esta forma irregular, ya se tiene la certeza de que se trata de una red la que está organizando estos peligrosos viajes.
“En estos momentos, ya a través de la Fiscalía, estamos colocando las denuncias pertinentes con esta red de coyotes que están prestando este servicio ilegal para que se pueda tomar una acción penal”, sostuvo Mattos.
Por su parte, la Armada Nacional declaró que más de 13 personas han sido puestas a disposición de las autoridades por el presunto delito de tráfico de personas; sin embargo, esto es solo una pequeña cifra para la posible cantidad real de personas que se dedican a esto.
Según explicó la Armada, el modus operandi que utilizan estas redes de tráfico de personas es aprovechar los islotes que hay entre la isla y la costa nicaragüense para crear allí viviendas artesanales y de ser necesario, pasar allí la noche hasta poder volver al recorrido dependiendo de como se encuentre la marea y de las posibilidades de navegar sin ser detectados, para posteriormente recorrer los cerca de 200 kilómetros que separa a San Andrés de Nicaragua. Por ello, la institución explicó que han tenido que reforzar la seguridad para así poder detectar a tiempo cualquier actividad sospechosa, especialmente si se trata de embarcaciones pequeñas que deciden hacer largos recorridos durante la madrugada.
En lo que va corrido del año, han sido en total 251 migrantes ilegales los que han sido captados y dejados a disposición de Migración Colombia; sin embargo, esa cifra corresponde solo al número de personas que contó con la ‘mala suerte’ de ser capturados por las autoridades, pero, hay que tener claro que lo más probable es que muchas personas si hayan logrado cruzar el mar abierto exitosamente hasta ingresar al país centroamericano.
La institución también explicó que los migrantes que se atreven a tomar estos riesgos se exponen a otros peligros, como por ejemplo la trata de blancas e incluso a tratos inhumanos, tal como esclavitud, explotación y/o violaciones, pues al ser un servicio que se presta sin ningún tipo de regulación, el destino de los migrantes depende a un cien porciento de los individuos que venden los viajes y son ellos quienes deciden que hacer con cada quien.
Hasta el momento las autoridades han anunciado que seguirán en alerta máxima y siguiendo de cerca las pistas que ayuden a encontrar y desarticular estas redes que se dedican a vender este tipo de paquetes de viaje que exponen la vida y la seguridad de niños y adultos que caen ante las falsas promesas de poder cumplir sus sueños pero que tristemente, en ocasiones terminan viviendo sus peores pesadillas.
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