REGIÓN CARIBE ORG tuvo la oportunidad de conversar con Marta Ferreira, ciudadana colombo – británica que lleva 22 años residiendo en Inglaterra, uno de los cuatro países que componen Reino Unido. Ferreira explicó a este medio de comunicación como vivió la experiencia de haber podido estar en carne propia en la ceremonia póstuma que se le brindó a la monarca británica.
A los once días del fallecimiento de Elizabeth Alexandra Mary Windsor o como fue más conocida, reina Isabell II, los sentimientos encontrados de la comunidad inglesa siguen a flor de piel; y es que, durante más de 70 años, fue esta mujer la que se dedicó a ser la cara de esta nación insular ante el mundo entero, motivo por el cual se ganó el corazón de los cientos de británicos que aún hoy, lamentan su partida.
Para los ingleses sin lugar a dudas no fue fácil escuchar la noticia de que aquella mujer a la cual muchos veían como un miembro más de su familia, había partido de este mundo; pues, aunque si bien es cierto que la reina Isabell tenía la edad de 96 años, muchos la describían como una mujer fuerte, de templanza, que se veía sana y con mucha energía a pesar de su edad.
La noticia de su fallecimiento causó estupor en todo el territorio británico, pues días atrás la reina había tenido un encuentro con el nuevo ministro del Reino Unido, Boris Johnson, en su residencia escocesa de Balmoral, lo cual no era usual, pues normalmente la reina solía recibir a los nuevos jefes de gobierno en el Palacio de Buckingham en Londres; sin embargo, debido a algunos problemas de movilidad que había tenido en los últimos días, se vio como algo normal que ella no quisiese desplazarse hasta el palacio.
Posterior a su muerte, cientos de británicos e incluso extranjeros, se concentraron en el centro de Londres, en donde luego de horas de largas filas, pudieron acompañar a la reina en su cortejo fúnebre durante el recorrido que se le hizo hasta el arco de Wellington, para allí, darle el último adiós.
“Como latina me sentí privilegiada de haber tenido la oportunidad de haber presenciado la ceremonia fúnebre de la reina Isabell, es algo que no se ve todos los días, fue muy emocionante acercase y ver como su público se mostraba muy respetuoso en todo momento, se podían ver niños, ancianos, gente en sillas de ruedas, todos intentando tener la oportunidad de presentar sus respetos”, dijo a este medio Marta Ferreira, ciudadana colombo – británica que lleva 22 años residiendo en Londres, Inglaterra.
Según Ferreira la despedida de la monarca podría calificarse como un “evento majestuoso”, no solo por la cantidad de asistentes que estaban allí para ofrecer sus respetos, sino por la forma tan organizada y protocolada en la que se llevó a cabo toda la ceremonia.
“Todo fue muy bien organizado, las filas eran inmensas, había colas de hasta de 6 kms y 24 horas al día se le permitía a la gente entrar y dar sus respetos, era algo que fluía sin ningún problema. No creo que algo como esto se vuelva a ver en este país ni en ningún otro; la presencia de un reinado como este de tantos años. Ella fue una persona muy entera, durante su reinado siempre se mostró muy fuerte, fue una persona muy estable”, dijo.
El fallecimiento de Elizabeth Alexandra Mary no solamente ha despertado sentimientos encontrados en personas de todo el mundo, sino ha abierto también cientos de debates y puntos de vista que se dividen entre quienes afirman que es un desperdicio de tiempo y dinero hacerle una despedida tan grande a una persona, y entre quienes precisan que todo va mucho más allá de lo superficial.
“Están los latinos que ven este acontecimiento como un despilfarro de dinero o de una manera indiferente, no ven la parte histórica, lo que hay detrás de todo esto, de una persona como ella, de un reinado como este. Yo si sentí que ella le aportó mucho a este país como figura, como mujer, como madre, como abuela y eso es lo que hoy día la gente siente que ha perdido, sienten que han perdido un miembro de su familia”, agregó Ferreira.
Según la ciudadana colombo – británica, los habitantes de la región insular comenzaron, con el pasar de los años, a ver a la reina como “la abuelita de todos”, pues fue una mujer que siempre estuvo “a la orden del pueblo”, ya que cada que tenía la oportunidad la reina hacía distintas apariciones públicas en donde a través de distintos actos mostraba el cariño y afecto que sentía por su comunidad.
“Ya los últimos años la veíamos como la abuelita de todos, era una mujer que estaba entregada a su pueblo y fue muy fuerte hasta sus últimos años. Una mujer muy comprometida con su trabajo. Creo que la comunidad inglesa siente que más que una reina, ha perdido una mujer símbolo histórico de estabilidad y fortaleza”, añadió.
Después del recorrido del féretro de la reina hasta el arco de Wellington, sus restos fueron trasladados hasta el castillo de Windsor donde más tarde fue sepultada al lado de su esposo, el duque de Edimburgo.
¿Qué viene ahora para los británicos?
La muerte de la reina no es solo la muerte de la reina. Su fallecimiento implica que muchas cosas en Reino Unido van a cambiar, no solo el monarca, por supuesto, sino también otros aspectos técnicos como lo son el himno, la moneda, las estampillas, las banderas (de estaciones de policía, barcos navales, etc.), los pasaportes e incluso los uniformes militares y de la Policía. Todo esto tenía los denominados “colores de la reina”, sus iniciales o elementos escogidos por ella. Por eso, habrá que renovar todo para que, por tradición, encaje con la imagen del nuevo rey, Carlos III.
Posteriormente los británicos tendrán que vivir el proceso de “aceptación” al nuevo rey, ya que, durante muchos años fueron diversas las generaciones que conocieron a una única reina, por lo que el rey Carlos III tendrá que poco a poco, comenzar a ganarse el corazón de los ciudadanos tal y como lo hizo su difunta madre.
“Siento que ahora viene un proceso difícil, que van a cambiar muchas cosas (…). El rey ha estado como de campaña en distintos puntos de Reino Unido, como cuando un político va a distintos puntos de un país tratando de ganar simpatía. Yo en lo personal no me inclino por él y mucho menos por su esposa. Va a ser muy difícil para él llenar el espacio que dejó la reina, yo sé que se ha preparado durante mucho tiempo, pero me inclino más por los hijos de él, por William, su esposa y su familia, son más carismáticos”, puntualizó Ferreira.
Sin lugar a dudas la muerte de la reina ha representado un gran cambio no solo para el Reino Unido, sino para el resto del mundo que lamentó su fallecimiento.
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