Por muchos años las historias de mujeres han sido contadas por autores hombres o por lo menos, ha sido la literatura más visibilizada. Mujeres de diferentes sentires, formas, formatos, matices y colores, sin embargo la mayoría contadas por un hombre. ¿Qué pasa cuando un personaje femenino es contado por la propia voz de una mujer?
Fotografía: Samara Arias
3 voces de autoras reflexionaron sobre la literatura femenina y feminista con Marianne Ponsford, Directora del Centro para el fomento del Libro y La lectura en América Latina y el Caribe de la UNESCO, durante la Feria Internacional del Libro en Barranquilla, LIBRAQ 2019.
Estas 3 voces fueron la vallecaucana académica e investigadora, Adelaida Fernández quien ha desarrollado obras literarias sobre las historias de mujeres negras y esclavas del siglo XIX; la novelista dramaturga española Vanessa Montfort, autora de novelas de mujeres en busca de sus raíces, independencia y reconocimiento propio, como también de obras de teatro y la bogotana, Master en Escritura Creativa quien ha publicado obras infantiles y plasmado en una novela su situaciones con la bulimia.
No se puede negar que durante siglos la mujer fue negada al conocimiento o la educación y vista a un rol de dominada por los hombres, quienes se encargaron de distribuir obras escritos por ellos, grandes obras.
Por el contario como mencionó la dramaturga Vanessa Montford las mujeres debían usar seudónimos, reunirse a escondidas o a tenerse a diferentes consecuencias a las que se les señalaba por empoderarse. “Es importante describir a la mujer desde la mujer” Menciona.
La también docente vallecaucana, Adelaida Fernández, afirma que en la ausencia de libros que contaran la historia de una mujer negra colombiana, encontró la motivación de escribir obras como “Afuera crece un mundo” o “la hoguera lame mi piel con cariño de perro”, relato contextualizado en la época de la valentía cimarrona en el Cauca, en la que Nay, una joven esclava emprende el reto de volver con su hijo a África. “Yo vi que las novelas se escribían en voces de otros” comentó Adelaida. Agregando que encontraba escasos relatos de mujeres como madres.
Por otro lado Juliana Muñoz, docente de la Universidad Javeriana, quería encontrar más relatos que hablaran sobre lo que pasaba ella en ese momento; problemas de bulimia, razón por la cual escribió “Los últimos días del Hambre” con la que retrata su búsqueda pasada por la felicidad con un cuerpo que cumpliera con los canones de belleza de una sociedad marcada por la publicidad.
Libros de las autoras
Por pasión o por necesidad de hablar en voz de la identidad, estas 3 autoras se lanzaron a describir a la mujer desde sus propias voces e intimidad, “Yo sentía que no me sentía identificada leyendo a escritores hombres, pero leyendo a mujeres como Virginia Woolf me sentí más cerca” comentá Adelaida.
Entonces pareciera que narrar a la mujer desde la mujer es de por si un acto de feminismo, que busca crear más contenidos en los que la mujer puede transmitir sus propios testimonios y sentires en diferentes texto. ¿Han sentido que han tenido un privilegio por ser mujer? Pregunta Marianne Ponsford, las 3 quedan atónitas y se ríen
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“No he sentido ningún privilegio por ser mujer. Lo que me ha ayudado es ser la persona que soy, me ha ayudado ser súper intensa y aplicar una y otra vez a convocatorias. No he sentido que me han excluido por ser mujer” contó Juliana Muñoz.
Vanessa desde su contexto del continente europeo afirmó que tampoco ha sentido un rechazo o privilegio por ser mujer, pero que si se ha encontrado con situaciones cotidianas de educación y costumbres del día, por ejemplo; que la producción de un evento deduzca que es maquilladora o hace parte de otro departamento diferente al de creación de contenido.
Por otro lado Adelaida afirma que en el contexto académico algunas veces ha sentido algunos tropiezos los cuales no sabría afirmar cuales son las razones, si por negra , mujer u otra, pero según ella han sido situaciones que le han permitido ser más fuerte y ver oportunidades donde hay obstáculos.
“La exclusión ha generado una complicidad entre mujeres” comentó Juliana.
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