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Foto del escritorJesús Uribe

¿Qué hay detrás del barrio Las Palmas y sus fiestas nocturnas?

La historia de uno de los barrios con más discotecas en el suroriente de Barranquilla.


Una de las calles del barrio Las Palmas / Foto: Alcaldía de Barranquilla
Una de las calles del barrio Las Palmas / Foto: Alcaldía de Barranquilla

Las Palmas siempre fue conocido como un barrio tranquilo y pacífico, habitado por la clase trabajadora de Barranquilla y por un pequeño sector que salía de su pueblo para asentarse en este sector de la ciudad, en el suroriente.

Vivir en este amplio barrio de ‘la arenosa’ era un placer que se podían dar los individuos de la clase media e incluso, aquellos de clase alta que querían seguir viviendo en esta zona.

Afirmar que el barrio Las Palmas era el mejor del suroriente era entrar en discusión con aquellos individuos que vivían en San José o La Victoria, pero lo cierto es que sí era uno de los barrios más tranquilos y cálidos para vivir años atrás.

Desde hace más de dos décadas la tranquilidad de los moradores – principalmente los que habitan en la carrera ocho- se ha visto afectada por el auge de estaderos o discotecas fueron abriendo sus puertas en este afamado boulevard. Empresarios compraban casas y las transformaban en bares nocturnos. De esta manera, el suroriente de la ciudad parecía una pequeña Nueva York, una ciudad que nunca duerme.

Origen de la historia

La creación del barrio Las Palmas inició en el año de 1962 con gran aporte del expresidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, quién con su gran poder ayudó al desarrollo de Colombia y de muchos sectores en la ciudad de Barranquilla, es por ello que uno de los barrios más populares de la capital del Atlántico, fue bautizado en honor a su apellido "Kennedy".

Mientras tanto, Las Palmas nació de una urbanización que fue dividida en tres etapas y cuenta con 56.34 hectáreas, no se pudo desarrollar una cuarta etapa por la gran cercanía que tendrían con el vecino barrio de La Magdalena, un sector que ya estaba rodeado de manzanas.

"Adquirir un terreno en esa época costaba cinco mil pesos y la empresa les donaba a las personas 2 mil pesos en materiales para la compra de eternit, caballetes, amarres, tuberías de baños y de alcantarillas, inodoros, lava manos, todos los elementos básicos que funcionan para mantener en pie una casa": recuerda con gran entusiasmo uno de los habitantes más antiguos de este barrio, el señor Francisco Altahona, quien vio con la retina de sus ojos y lo sigue sintiendo con la piel de su cuerpo, como Las Palmas se sigue agigantando.

Una de las costumbres y peticiones que se les "exigió" a los primeros inquilinos de este barrio, era que, al momento de habitar su casa, lo primero que debían hacer era plantar dos matas de palmas al frente de su vivienda, una al lado derecho y la siguiente al extremo contrario, de ahí surgió el nombre con el cual fue bautizado este barrio.



¿Qué hay detrás del barrio Las Palmas y sus fiestas nocturnas?
Una de las pocas palmeras que aún vive en el barrio / Foto: Jesús Uribe

En 1975 las calles dejaron de ser rocosas, las terrazas de las viviendas mostraban un semblante diferente, los niños podían correr con sus pelotas de trapos porque después de 13 años de construcción y de división, las calles comenzaron a ser pavimentadas. Aunque con el pasar de los años y con la gran congestión vehicular, algunas vías fueron agrietándose hasta el punto de convertirse en piedras.

En los últimos años, este barrio ha aumentado su nivel económico y comercial, con la creación de centros comerciales, restaurantes y el “dolor de cabeza” para algunos como son las discotecas.

Llegaron las fiestas nocturnas

Una vez llegaba el fin de semana, los trabajadores buscaban olvidarse de sus largas jornadas laborales con una noche de diversión y unos tragos para vivir un momento diferente al que estaban acostumbrados.

Los emprendedores del momento comenzaron a ver la carrera ocho como una mina para mezclar música, baile, licor y fiesta, por lo que comenzaron a adquirir las edificaciones de este boulevard y las convirtieron en los establecimientos nocturnos que hoy se conocen.  

Fue aquí donde desapareció la tranquilidad que gozaban los residentes de este sector, los altos desniveles de la música se metían por el más pequeño orificio de una ventana y las noches se hicieron más largas para aquellos que no lograban conciliar el sueño.


¿Qué hay detrás del barrio Las Palmas y sus fiestas nocturnas?
Discotecas en el boulevard de la ocho / Foto: Google Maps

Mientras los rumberos despojaban su estrés bajo los ritmos del vallenato, la salsa, el merengue y luego el reguetón, otros se movían en sus camas de un lado a otro, pero no para bailar, sino para encontrar una posición que les permitirá descansar pese al ruido exterior.

 “Esta zona en un fin de semana se aglomera de sujetos extraños, que provienen de otros barrios del sur, parquean las motos y en las casas ajenas y si no les reclama se puede meter en un problema”, dice Carmen Palomino.

¿Cuál suena más duro?

“Las personas ya no se conforman sólo con escuchar y disfrutar de la música que estos sitios les proporcionan, sino que ahora se convirtió en una moda, realizar competencias de cual carro suena más duro, le instalan sonidos costosos a los carros y las competencias de decibeles también la quieren realizar por toda la carrera”, manifiesta Julio Sotomayor.

 

La reconocida ´zona rosa´, como se le conoce a este largo boulevard, abarca un extendido sector de la carrera 8, pasando por los barrios La Magdalena y La Alboraya, pero inicia desde el barrio Las Palmas, desde la Cra. 8 #34A-68, culminando en la calle Murillo.

Como Barranquilla es la ciudad del Carnaval, este esplendoroso lugar, por su posición, le permite disfrutar a la población del desfile que recorre por toda la carrera ocho, un evento que se había cancelado desde hace años, pero en este 2024 regresó a la ciudad con más brillo y color.

 

“Fue un inmenso placer tener la oportunidad de ver este desfile nuevamente en nuestro barrio, pero lamentablemente hay muchas personas que aún no tienen sentido de pertenencia por la ciudad y dejaron sus basuras tiradas en la calle”. Agregó Francisco Altahona.

En el barrio se han construido nuevos apartamentos e incluso, torres de varios metros de altura, en la que viven nuevos residentes, quienes se encuentran más alejados de las discotecas y esperan que este inconveniente no les toque la puerta nunca.

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