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¿Por qué hay una comunidad indígena resguardada en el municipio de Soledad?

En total son unos 60 niños y 10 adultos quienes llegaron a este municipio atlanticense desde la serranía del Perijá.

Imagen de referencia. Foto: cortesía.

Un grupo de unos 70 ciudadanos indígenas se encuentra asentada en el barrio Las Moras del municipio de Soledad. Pese a que en un principio se pensaba que se trataba de una comunidad wayuu, se sabe que en realidad son un grupo de yukpas que emprendieron un viaje desde la serranía del Perijá hasta este territorio costero con el objetivo de huir de la pobreza y los grupos armados que azotan esa zona del país. Esta situación se presenta desde hace aproximadamente dos meses.

Los ciudadanos se instalaron en el sitio con ‘ranchos’ improvisados los cuales han levantado ellos mismos artesanalmente.

La problemática de este hecho se da tras la denuncia de los vecinos que viven en ese sector, pues han reportado en diferentes ocasiones que de los ‘ranchos’ provienen una serie de fuertes malos olores debido a desechos humanos “que ellos arrojan” por todos lados.

Los moradores de este barrio han pedido a las autoridades que “se les organice” un espacio propicio en el cual ellos puedan vivir, pues “ese no es el adecuado”. Según ellos, existe otro riesgo: los mosquitos. Explicaron que allí hay cría de estos insectos los cuales son portadores de enfermedades como el dengue, exponiendo la vida no solo de los adultos sino también la de los más de 60 niños que allí se encuentran.

“Es inhumana esta situación en especial porque son demasiados niños. Lo ideal sería que esos niños tengan un lugar adecuado en el que puedan descansar, pues en vez de eso se la pasan durmiendo en el piso lleno de tierra y caliente por el sol. Hay muchos insectos y animales que pueden picarlo, pues están cerca de un arroyo”, dijo Lauren Díaz, vecina del sector.

Los vecinos afirmaron que es “urgente” que se solucione por lo menos el tema de salubridad, pues al no tener baños estos ciudadanos se han visto en la obligación de hacer sus necesidades fisiológicas en bolsas, las cuales posteriormente terminan por todo el lugar. De igual manera sucede con la hora de bañarse.

“Hay algunos vecinos que a veces les sacan las mangueras y les permiten asearse; sin embargo, eso no es todos los días. Esto ya un tema de salud pública, nosotros aquí vivimos hace años, es un barrio residencial, no somos una invasión. Ellos también necesitan un sitio en el cual puedan descansar en buenas condiciones, son seres humanos. No tenemos nada en contra de ellos, todo lo contrario, se les ayuda en lo que se puede, pero no se puede vivir así en medio de la calle”, añadió la mujer.

Ante esta situación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) se pronunció y manifestó que hasta el momento ya se han llevado a cabo las visitas pertinentes al lugar para conocer la problemática. Según la entidad, se está realizando verificación y acompañamiento de la mano de la Defensoría del Pueblo.

“Durante esta jornada, se verificaron los derechos a los niños, niñas y adolescentes allí presentes, sin que se evidenciara a la fecha algún tipo violencia hacia esta población; sin embargo, el Icbf continuará haciendo seguimiento a la situación para tomar las medidas de apoyo y acompañamiento que se requieran para garantizar su bienestar”, dijo el ICBF.

Asimismo, la entidad aseveró que por ahora se encuentran en pro de la erradicación del trabajo infantil de estos ciudadanos y la sensibilización de ellos en distintos puntos de Barranquilla y territorios del Atlántico.

Por su parte, uno de los miembros de esta comunidad yukpa aseveró que se encuentran en el sitio únicamente de forma temporal, pues tienen planeado seguir movilizándose por todo el país ya que, según ellos, no les gusta asentarse en un mismo sitio durante un tiempo muy largo. Afirmó que estarán allí hasta aproximadamente el día 5 de enero.

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