Con el apoyo de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, Funepa construye una ruta pedagógica para salvaguardar la cultura afrocolombiana.
Filomena Valdés, representante de Funepa.
Por: Aldira Chamorro Ojeda
Rescatar el orgullo y las costumbres ancestrales para que las nuevas generaciones se apropien de su cultura ancestral, es el propósito de la Fundación la Esperanza para un Pueblo Afrocolombiano (Funepa), a través del proyecto que, para tales efectos, obtuvo el respaldo del Portafolio de Estímulo de la Secretaría Distrital de Cultura, Patrimonio y Turismo.
“Queremos construir una ruta pedagógica de salvaguarda entre Barranquilla y San Basilio de Palenque para promocionar y proteger el acervo cultural afrocolombiano, desde la perspectiva de la lengua palenquera, su cosmogonía, gastronomía y prácticas ancestrales, que promuevan las buenas costumbres y la sana convivencia en el distrito”, explicó Filomena Valdés, representante de Funepa.
En desarrollo de esta iniciativa, Funepa guió a un grupo de afrocolombianos por esa ruta pedagógica que los llevó a la tierra de sus ancestros en Colombia, donde conservan la música, danzas, lengua propia, ritos fúnebres y tradiciones orales como los mitos y leyendas, todo un tesoro cultural para proteger y salvaguardar.
Monumento de Benkos Biohó en la plaza de San Basilio de Palenque.
San Basilio de Palenque
San Basilio de Palenque es el primer territorio negro libre de América, como resultado de la rebelión de esclavizados cimarrones que lideró Benkos Biohó en el Nuevo reino de Granada, cuando corría el siglo XVII.
De esta manera, Benkos se convirtió en el precursor de la libertad y fundó el palenque en 1.603. Allí, siguen arraigadas la cultura y costumbres que valerosamente defendieron esos ancestros que fueron arrebatados de su entorno natural en África.
Este territorio palenquero es hoy un corregimiento de Mahate, municipio de Bolívar, tiene 3.500 habitantes, está ubicado a 50 km s. de Cartagena y en el 2005 fue declarado por la Unesco como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Tradición, costumbres y leyendas
Los visitantes descubrieron el encanto del arroyo de Palenque, que tiene varios pozos con funcionalidades específicas: agua para consumo, lavar ropa, bañarse, el de las mujeres, el de los hombres. Además, de allí han salido la mayoría de mitos y leyendas como el de María Catalina Luango.
“María Catalina Luango era una joven que se ‘encantó’ con el pozo, se quedó allí y regresaba esporádicamente a su vivienda hasta que, un día, nunca regresó”, manifestó Laudith Pérez, líder social y guía de turistas.
Otro de los saberes ancestrales de Palenque es el conocimiento de las plantas y sus propiedades curativas, el grupo llegó hasta el ‘escondite de las plantas medicinales’ y obtuvo un importante aprendizaje sobre los beneficios de este recurso natural para diversos padecimientos de salud.
El lumbalú es el despedir de los muertos con cánticos y rituales fúnebres. Matronas como Cecilia y María del Rosario Valdés, y Aleja Cañate, se encargan de mantener viva esta tradición y, sobre todo, compartirla con las nuevas generaciones para salvaguardar este patrimonio.
Lengua palenquera
Los africanos esclavizados hablaban idiomas diferentes, según sus sitios de origen, por ello, fueron separados de sus grupos primarios y mezclados para evitar que hablaran entre ellos. De allí surgió la necesidad de crear la lengua palenquera para poderse comunicar y hoy, es uno de los grandes legados de esta cultura.
“Aquí tenemos pocas cosas que mirar pero mucho que contar, el fuerte de nosotros es la oralidad, por eso tenemos nuestra propia lengua, que es un legado ancestral”, dijo Juan Manuel Vásquez Padilla, líder social de San Basilio de Palenque.
Durante el recorrido por San Basilio de Palenque se puede disfrutar de la gastronomía, artesanías, la exquisitez de los tradicionales dulces, y observar, en la plaza, el monumento a Benkos Biohó como homenaje y reconocimiento permanente a su valor y decisión libertadora.
“Estamos aquí haciendo realidad el sueño de compenetrarnos con nuestras raíces, saber cómo vivieron nuestros antepasados, qué comieron, cómo era su espiritualidad, cómo fue el lumbalú y, así, fortalecer nuestra cultura a través del proyecto de Funepa”, indicó Filomena Valdés.
Delsy Salazar Ruiz, es una joven afrocolombiana que nació y reside en Barranquilla, ella vivió, por primera vez, la experiencia de conocer el territorio fundado por sus ancestros.
“Es primera vez que llego hasta acá, siempre quise venir, es una tierra de muchos colores. Mis ancestros son de Palenque, y me parece una tierra muy linda, las personas tienen un carisma muy especial. Todos deberían darse la oportunidad de conocer y vivir nuestra cultura”, afirmó.
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