Ubicado en el Suroriente de Barranquilla, con alrededor de 114 manzanas y 12 mil habitantes se encuentra desde hace 58 años el barrio Simón Bolívar. Lo que comenzó como un proyecto de rehabilitación socioeconómica para los habitantes de la llamada zona negra (barrio Rebolo), dio como resultado la construcción de las primeras casas de la urbanización por parte del entonces presidente, el General Rojas Pinilla, en el lugar donde anteriormente funcionaba el aeropuerto de la empresa Lansa, uno de los primeros en el país. Sentados en la sala de la antigua casa de madera entregada a sus padres por el General Rojas Pinilla, cuatro ancianos, miembros de una sola familia, recordaban los más hermosos momentos que han vivido en el barrio. Olivia, Marta, Luisa y Agustín Garizabal, quienes han vivido en Simón Bolívar desde hace 50 años, contaron las hazañas, anécdotas y travesuras de su juventud, además hicieron un recuento de cómo fue el barrio en sus inicios y su desarrollo a través de la historia. Punto de aterrizaje.
El punto de referencia y emblema principal del barrio Simón Bolívar, es sin lugar a dudas el boulevard ubicado sobre la calle 19 desde la carrera 1B hasta la glorieta que conduce a la calle 17.
el amplio espacio que hoy se encuentra cubierto por juegos infantiles, canchas sintéticas y de baloncesto, una pista para practicar skateboard, kioscos y múltiples zonas verdes, era en sus inicios el lugar donde aterrizaban los aviones: “La Pista” como aún le llaman los habitantes más antiguos del barrio.
“Lo que nosotros, los viejos del barrio llamamos la pista y que hoy conocen como el boulevard, al comienzo era una carretera de asfalto, rodeada de kioscos, en los que nos reuníamos a pegarnos una que otra ‘chapetera’ y a contar historias, una que otra vez la ‘ronion’ terminaba en pelea y todos nos íbamos a nuestras casas con caras largas y llenos de ira, pero nunca pasó de ahí, el fin de semana siguiente nos reuníamos nuevamente en la Pista a tomar.” Cuenta Agustín, quien hoy tiene 72 años y se encuentra convaleciente por múltiples accidentes.
La torre de control del aeropuerto estaba ubicada en donde hoy se encuentra la sede de primaria de la Institución Educativa Distrital Simón Bolívar, uno de los colegios más representativos del sector.
Hoy no queda casi nada de aquella pista de aterrizaje, los aviones fueron remplazados por locales comerciales, rutas de buses, una estación de policía, una iglesia y un puesto de salud.
Las primeras casas.
El 24 de julio de 1958 se inauguró el barrio Simón Bolívar como respuesta a la necesidad que sintió el gobierno de realizar un proyecto de saneamiento para los habitantes del sector conocido como la zona negra.
“Al comenzar, nos entregaron casas prefabricadas que trajeron de Europa, estas no eran muy bien recibidas por nosotros pues los mayores decían que se las comería el ‘comejen’ estaban hechas de tablas y cartón. Siento que ese fue el mayor miedo de mi infancia, ya que cuando esos animales le caen a la madera la dejan inservible” Dijo entre risas y un poco sonrojada Olivia, la menor de los 4 hermanos.
Luego de 58 años, aún se pueden encontrar en el barrio casas completamente de madera, otras que aún conservan las tablas con las cuales fueron fabricadas, pero que han sido reforzadas con cemento y muchas, como los hermanos las llamaron ‘mansiones’ que son las casas que en su momento fueron de madera, pero los nuevos inquilinos las han derribado y en su lugar han levantado grandes edificaciones.
Los verdaderos ‘Simonbolonchos’.
La identidad del ‘simonboloncho’, como son conocidos coloquialmente los habitantes del barrio, está enmarcada en la fiesta, sus múltiples festividades, como la verbena derrocha juvenil y la camaleona, han marcado la historia del pueblo barranquillero, aunque el simonboloncho se considera una persona trabajadora y ‘echa pa´lante’.
“la tradición de Simón Bolívar, al ser un barrio popular, hace que muchas veces nos juzguen mal, nos llamen borrachones, escandalosos, recocheros y vulgares. ‘Crea fama y acuéstate a dormir’ me repetía mi madre, eso fue lo que pasó con el barrio y por ende con todos los que en él vivimos. Al ser un barrio popular de la ciudad, es típico que se realicen las mejores parrandas carnavaleras y quizás esta sea una de las razones por la cual nos tienen en ese concepto.” Comentó indignada Marta, la tercera de los 4 hermanos. Casi llena de ira repitió una y otra vez, que el simonboloncho es trabajador, con su propio sudor consigue lo que quiere, aunque no niega, que así como trabaja, también le gusta celebrar y desordenarse una que otra vez.
58 años llenos de tradición, enmarcan la historia del popular barrio Simón Bolívar, su gente y sus costumbres son la muestra viva de que no es necesario tenerlo todo para sentirse bien. Cuna de grandes personajes como Iván René Valenciano, se alza lleno de orgullo al suroriente de Barranquilla este barrio, en el que los 4 hermanos Garizabal, sentados en la sala de su casa, esperan sin prisa alguna el arroz con pollo que prepara con amor la hija mayor de Luisa.
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