La fría brisa que baja al compás de los ríos, la danza casi silenciosa de la vegetación y lo sacro de la tierra, en la Sierra Nevada de Santa Marta, hacen del café Arhuaco U’Muke un encuentro cercano con el corazón del mundo y lo ancestral de su comunidad; la cual, por estos días, se toma la ciudad de Barranquilla.
Ubicados en el parque Washington, baja desde el territorio mágico de Nabusímake, en Pueblo Bello, la comunidad Arhuaca Ikü, quienes en una carpa blanca precedida por un mesón cargado de café molino y en grano, miel de abeja y jengibre, traen consigo un pedacito de su comunidad; allí, Lucia Chaparro y Sandra Mejía, atienden de lunes a viernes a partir de las 7:00 am hasta las 5:00 pm.
A la venta está un café que tiene consigo una particularidad, se cultiva de forma silvestre utilizando técnicas agroforestales ancestrales arraigadas en la sabiduría ecoespiritual de los nativos americanos Ikü y es, además, producido de forma artesanal por la comunidad en general, quienes han visto en la producción de cacao y café la oportunidad económica de apoyar en su territorio y comunicar el cuidado del medio ambiente por el mundo.
‘los Ikü buscan reclamar sus puntos sagrados de adoración a la madre tierra, establece corredores biológicos para permitir que la fauna salvaje deambule libremente por la montaña, preservar la selva tropical y conservar el mundo’.
Para ello, un estimado de 1mil integrantes de la comunidad trabajan día y noche en los cultivos, beneficiándose así 15mil familias; es por eso que en su stand de ventas siempre los acompaña ´Seykinowa’ la alcancía cargada de donaciones que le permitirá invertir en herramientas de trabajo.
“La palabra traduce bienestar, porque todo lo que producimos es bienestar, todos los productos son naturales" puntualiza Lucia, indígena Arhuaca.
U’Muke actualmente lleva los saberes ancestrales de la cultura indígena y las riquezas naturales por el mundo, exportando el café al extranjero.
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