Con el aislamiento preventivo obligatorio se diría que el amor de las parejas ha sido puesto en jaque.
Fotografía: Karelis Sarmiento
Por: Ángela Pertuz Muchas cosas han cambiado a causa del COVID-19, entre ellas, la manera en como se viven las relaciones con pareja. Muchos dejaron de verse los ojos y descubrir en él el brillo del amor, para remplazarlo por la silueta imaginaria resultado de las horas de llamadas por teléfono.
Para las parejas que no tienen la posibilidad de estar juntos se ha convertido en una odisea, la prueba más difícil de la relación, así lo expresa Karelis Sarmiento “ Esto ha sido terrible, en mi familia no me dejan verlo, siempre que el venía de atrevido me regañaban; esto de la distancia y el encerramiento ha hecho que por día discutamos hasta 10 veces y nos arreglemos las misma 10 veces, así la pasamos; es muy difícil todo esto porque estábamos acostumbrados a tenernos todo el tiempo juntos”.
Pero, para quienes disfrutan de la compañía de su pareja estos días de cuarentena les permite conocerse más, compartir tiempo de calidad y fortalecer el lazo afectivo así lo expresa, Mónica Flórez, una joven que tiene a su novio en Apartadó, Antioquia y quien, para inicios de mes de marzo se fue a visitarlo, pero cuando se decretó la cuarentena no pudo hacer más que quedarse de manera indefinida “Hacemos de todo, cocinamos juntos, hacemos el aseo de la casa y en las noche vemos películas, han sido los mejores días” expresa Mónica.
“Estar pegados a la pantalla cansa” expresa Hayner de la Hoz, quien entre la monotonía de la cuarentena se ha hastiado de compartir estados a su pareja por WhatsApp “Quiero que todo termine, uno quiere proteger a la pareja, pero solo me limito regañarlo si quiere salir, hasta ahí, no podemos hacer más nada” añade Hayner.
Sin embargo, en medio de tanta distancia social, pero acercamientos virtuales queda en evidencia el valor y estima de las personas en tiempos de crisis, como lo asegura Eliza Armenta “estos tiempos nos ha ayudado a darnos cuenta quien está y quien no, en nuestras vida por la atención que te dedica; en mi caso siempre hay una llamada y hay una pregunta de ¿Cómo estoy? , ¿Qué estás haciendo?, es ahí donde te das cuenta si vale o no la pena, porque si la persona solo te quiere por un rato no te escribe porque no puede verte.
Los tiempos han cambiado, ya no se puede coincidir en un café, pero si se cuenta con la suficiente suerte para que el ultimo dígito de la cédula sea el mismo pueden encontrase a un metro de distancia mientras recorren los pasillos del supermercado.
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