Promover la lectura se ha convertido en un reto, por otro lado el mercado actual ha permitido mayor acceso a la compra de libros y a la información. El usuario puede escoger géneros, formatos, autores, temas y hasta influenciar en el contenido de una historia. Durante la Feria del Libro de Barranquilla, Libraq los líderes de 4 proyectos de lectura, reflexionaron sobre la importancia de la formación de lectores y de consumidores.
Fotografía : Libraq 2018
En el conversatorio dirigido por Diana Decastro, Directora de El Malpensante, Jaime y presenciado por Jaime Abello; Director de la Fundación de Periodismo Gabo, Maria Osorio; Editora de Babel Libros y Alexandra Vives, Directora de LIBRAQ se reflexionó sobre el mercado y cómo en el boom digital y la información, no se pierda el verdadero sentido de la lectura.
El Caribe y las ferias
En el Caribe colombiano el reto de las ferias responde a varias aristas, para Abello, Director de la Fundación Gabo una de ellas es esa misma que nos hace imaginar y “echar cuento” como personas del Caribe; nuestra personalidad festiva. Aunque Abello afirma que es amante de su ciudad y del Carnaval, también piensa que: “Esta es la ciudad de la autocomplaciencia, donde todo funciona perfecto, todo es lindo, es bello y es necesario que nos sacudamos, necesitamos voces escritas, necesitamos disidencias, necesitamos cuestionarnos los paradigmas”.
“La Feria tiene que convertirse en un espacio que incurra de carácter propio de feria del libro, de festival, de la ideas, la inclusión, los debates y además la idea de la parafernalia donde haya donde tomarse un café y restaurantes, es decir que haya un estímulo de encerrarnos 3 o 4 días a vernos las caras y aquí el reto importante es la programación” afirma Abelo.
Por otro lado Alexandra Vives fiel testigo de las dinámicas del mercado en cuanto a la feria, cree que el primer reto está en mantener la sostenibilidad del proyecto “Tiene que ser viable financieramente” agregando que “Si queremos en el entorno conjugue lo comercial y lo cultural, eso requiere de una masa crítica de lectores pero especialmente de consumidores” y en el mercado actual el consumidor compra ropa o zapatos de manera impulsiva, al contrario de lo que pasa con los libros que suelen detenerse más a pensar y comprarlo cuando cuesta menos.
La era digital y los libros
Otro de los temas que pone en jaque el mercado de los libros es la era digital, que ha permitido mayor acceso a los contenidos, pero ha recaído en la afectación del libro físico, para Maria Osorio, editora de Babel Libros en las escuelas se están desapareciendo los libros físicos.
“Ahora como el libro que más se piratea ese libro escolar, porque obviamente es el que más volúmenes vende, las editoriales están dejando de hacer libros y solamente los están produciendo en digital, eso quiere decir que estos muchachos que vienen chiquitos, que vienen entusiasmadísimos con todos esos libros y empiezan a leer, van a leer solo y exclusivamente en la pantalla durante su época escolar que es para la gran mayoría, el único momento de su vida que tienen para acercarse a los libros” comenta María Osorio, Editora de Babel Libros.
Feria del Libro, Libraq 2019. Fotografía: Natalie Berdugo
Otro de las dinámicas creadas por la internet es la que se lleva a cabo con la plataforma “Wattpad”, donde los autores escriben en línea y los usuarios pueden ir comentando al mismo tiempo, el algoritmo recoge la mayoría de las críticas y le sugiere al autor como terminar su libro, sea cual sea el hecho socialmente aceptado o no.
“Cuando tenga el apoyo de muchos lectores y de los algoritmos, produce un libro que llega hasta un billón de lectores, en ese momento Planeta publica libros en físico” comentó Osorio.
¿Qué es mejor negocio el libro digital o físico?
Uno de los asistentes planteó esta pregunta, los invitados respondieron que por un lado las librerías necesitan unos costos de mantenimiento y por el otro el autor requiero unos costos por producción e impresión, sin embargo como el precio del libro suele ser el mismo en línea como en físico, la ganancia para el autor es el mismo sea cual sea el formato, el cual es un 10% por libro, 40% va para la librería y el otro 40% estaría dirigido a costos.
Mientras que el libro digital requiere por parte del usuario el uso de tecnología, tales como tabletas y actualizaciones de programas, compra de cuentas y pagos por descargas, sin embargo aquí el autor no gastaría un presupuesto por producción pero si cumpliendo unas normas exigidas por las plataformas digitales, que según Vives a veces no salen tan rentables
“Generalmente todas estas plataformas tienen unos márgenes de comercialización que no son más económicos que unas normas que no son más económicos que pagar flete en Bogotá pagarlo y distribuirlo, quien si sale perdiendo en ese ejercicio de libro digital son los libreros, el que reemplaza el algoritmo” comentó Vives.
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