Aunque la mayoría de los psicólogos parecen estar de acuerdo en que no se trata de un síndrome ni de una enfermedad propiamente dicha, sí admiten su existencia. No es un mito. Periodísticamente llamado “síndrome posvacacional”, este malestar suele aparecer al retomar la rutina tras un periodo de descanso o vacaciones.
“No existe como tal en los manuales de psicología al uso, pero se fundamenta en un hecho real: el estrés que supone cualquier cambio. Es la reacción natural de nuestro cuerpo y mente ante las amenazas”, escribió el psicólogo español y especialista en Psicología Clínica José Ángel López. Por lo general, entre esos cambios mencionados están la desaparición del ritmo laboral, la prolongación de los periodos de descanso, una actividad nocturna más intensa, entre otros.
Por su parte, Greicy Barros, psicóloga, creadora de Psicoheart y maestrante en Psicología de la Universidad Simón Bolívar, insiste en que no hay que desestimar los posibles factores agravantes a la hora de buscar una explicación para estos casos.
“Si bien hace su aparición cuando debemos retomar nuestra rutina”, manifiesta Barros, “el ‘síndrome’ golpea más fuerte cuando dicha rutina nos tiene insatisfechos o descontentos. Si hay problemas como acoso, violencia (en cualquiera de sus formas), conflictos con compañeros o con superiores, las vacaciones se vuelven un medio de escape y, por ende, el proceso de readaptación se hace más duro, porque sentimos que hay más razones para no volver que para volver”.
La profesional aclara que, contrario a lo que se piensa, este “síndrome” no solo afecta a los trabajadores, sino también a los estudiantes, ya sean jóvenes o niños.
¿Cómo se siente?
Las personas afectadas por el síndrome posvacacional pueden experimentar los siguientes síntomas:
Bajo estado de ánimo.
Cambios de humor.
Decaimiento.
Apatía.
Ansiedad.
Falta de energía.
Déficit de concentración.
Sensación de hastío.
Percepción de no ser capaz de reintegrarse al entorno, bien sea laboral o académico.
¿Quiénes lo sufren?
El psicólogo mexicano Gerardo Leija, en una revisión teórica del trastorno hecha en 2007, indicó que estas son las personas más propensas a padecerlo:
Mayores de 45 años.
Personas que rompen bruscamente el ritmo vacacional y regresan al trabajo sin hacer ninguna transición.
Personas que, de forma habitual, presentan malestar o inconformidad con su trabajo y su actividad cotidiana.
Personas que padecen del síndrome de bornout (estrés laboral).
Consejos para evitar (o lidiar con) el problema
Bien sea que ya se hayan terminado sus vacaciones o que aún esté por terminarlas, a continuación le presentamos cuatro tips para hacerle frente al síndrome posvacacional:
Prográmese para que haya cierto margen de tiempo entre el regreso de las vacaciones y el inicio del trabajo. Esa brecha hará menos brusco y traumático el retorno a la rutina.
Estando de regreso, aproveche su tiempo libre para desarrollar actividades agradables. Niños y adolescentes deben tener permitidos unos ratos de ocio. Si es adulto, salga con amigos, haga deporte. La actividad física libera endorfinas, que son las hormonas que proporcionan sensación de optimismo y bienestar.
Por un tiempo, evite el alcohol, que, como depresor del sistema nervioso central, tiende a acentuar el desánimo y la desconcentración. Asimismo, evite la cafeína, que es un estimulante que puede aumentar la sensación de estrés o ansiedad.
Respete las horas de sueño. Es bastante probable que durante las vacaciones su horario de sueño se haya alterado; una vez de vuelta a la rutina, es importante irlo regularizando poco a poco hasta que se normalice.
Comments