Audes Jiménez es la coordinadora de la Red de Mujeres del Caribe y fue una de las grandes promotoras del voto Caribe, junto a la organización femenina que dirige.
Por: Aldira Chamorro Ojeda,
En torno al proceso del voto Caribe se congregó un amplio grupo de personas y organizaciones sociales como la Red de Mujeres del Caribe, mujeres decididas y comprometidas con el proceso de impulsar la autonomía regional como un vehículo para cerrar las brechas de la desigualdad e inequidad en la región Caribe.
Audes Jiménez es una destacada activista que lucha por los derechos y oportunidades para las mujeres. Ella es la coordinadora de la Red de Mujeres del Caribe y fue una de las grandes promotoras del voto Caribe, junto a la organización femenina que dirige.
RegiónCaribe.org dialogó con Audes Jiménez y así respondió a nuestras preguntas:
¿Qué significó el voto Caribe en su momento?
AJ. Como movimiento de mujeres estuvimos fuertemente involucradas en ese proceso, aunque no se referenció mucho. El voto Caribe significó una esperanza muy grande en la posibilidad de poder materializar los artículos 306 y 307 de la Constitución Nacional para avanzar realmente hacia la conformación de la región como entidad territorial autónoma.
Sabíamos que era un proceso difícil pero también significaba generar una dinámica que permitiera al Caribe mirar desde diferentes sectores de la población, propuestas de transformación que dieran mayores resultados en materia de dignificación de vida. Participamos con mucha creatividad y fue una puesta autofinanciada por nosotras mismas porque no había apoyo de otros sectores.
Diez años después, ¿Qué logros se han obtenido con el voto Caribe?
AJ. Diez años después, particularmente para mí ha representado otro saludo a la bandera para los grandes sectores que pretendíamos alcanzar avances en la disminución de las brechas de desigualdad e inequidad en el territorio del Caribe colombiano. Ha sido poca la ganancia en este aspecto así como con la promulgación de una Ley de Ordenamiento Territorial que no ofrecía mayores resultados en materia de lo que habíamos planteado para las regiones.
¿Cuáles son los retos de la región? ¿Qué falta?
AJ. Los retos de la región están fundamentados en la posibilidad de que sus diferentes actores y dolientes pudieran encontrarse en un diálogo plural que permita repensarse la región no solamente como el escenario de un solo actor regional sino de todos los actores que se mueven, que viven, que sienten la región, y eso implicaría mirar cómo generar una dinámica que avance a una apuesta de regionalización incluyente, retomar la propuesta de pensarse en un proyecto político para la región.
¿En qué se ha equivocado la dirigencia regional en estos 10 años?
AJ. En que siguen pensando en sus intereses particulares más que en un proyecto político de región, que llevara realmente a la región Caribe a convertirse en un escenario importante para que quienes residen en ella tuviesen condiciones de vida dignas y, además de eso, que toda la dinámica que va ganando en materia de desarrollo beneficiase a la mayoría de la población y no a un sector de la población.
En eso se ha equivocado y se sigue equivocando la dirigencia del país, en no entender que avanzar como un proyecto político de la región, donde estarían en la mesa todas las propuestas, todos los intereses concertados, será lo mejor para la región, beneficiaría a todos e inclusive sería una apuesta importante para el país como un modelo a replicar.
¿Para qué le ha servido a la mujer 10 años del voto Caribe?
AJ. El voto Caribe a la mujer no le ha servido para nada, lo que se ha avanzado en materia de algunos mínimos cambios con respecto a establecimiento de políticas públicas o de creación de entes rectores para contribuir a la disminución de los factores de violencia contra las mujeres, ha sido muy irrisorio porque las políticas públicas que se establecen no logran recoger las para que la mujer pueda avanzar a nivel de transformaciones fuertes.
Me podrían decir que de pronto ha habido unos mínimos cambios en materia de participación política pero la participación política que se ha conseguido, en la gran mayoría, ha estado muy ceñida por otros tipo de dinámica que se han dado a nivel de la región en la que los grandes líderes políticos han tenido una serie de conflictos que los han llevado a pensar más en colocar mujeres para mantener sus mercados electorales, son mujeres que no están realmente en la correspondencia de la apuesta del movimiento social de mujeres sino que están en la correspondencia con los intereses de sus partidos o líder político.
Inclusive, en materia de las políticas que se han planteado para las mujeres, en muy pocas excepciones, se han establecido unas propuestas que puedan contribuir a definir programas serios para las mujeres a nivel de los diferentes territorios de la región Caribe.
Los avances para las mujeres no han sido muy significativos si se relaciona con lo que debería ser una apuesta en el marco de ese proceso de transformación que se tenía que dar en búsqueda de mayor autonomía y en búsqueda de redireccionamiento y redistribución de poderes, que no solamente tienen que ver con el tema de bienes materiales sino también con el tema de participación ciudadana, política y laboral.
Digamos que si se pregunta a un buen número de mujeres qué tanto ha significado el voto caribe y del proceso de transformación que debió darse en el marco de estos 10 años, es apenas perceptible o ni siquiera se pudiera plantear como una propuesta que se pueda decir que está en un camino que permita contribuir a esa disminución de brecha.
*Foto: cortesía.
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