Está bien si sientes ansiedad por el fin de las restricciones, si no quieres volver a la rutina, si ganaste peso durante el confinamiento, si tienes miedo de contagiarte o si sientes ansiedad ante la socialización. Esto es un proceso.
Paso a paso la humanidad va retornando a la normalidad. En Colombia se han aplicado, según datos entregados por el Ministerio de Salud, 7.718.287 vacunas contra el covid-19 lo que, cada vez más se traduce en la posibilidad de volver al quehacer diario, como se estaba acostumbrado; sin embargo, el haber estado expuestos al confinamiento, las medidas de bioseguridad, el miedo y las noticias, pueden hacer del regreso un proceso cargado de ansiedad.
Y es que, según un estudio realizado por la Universidad de Barcelona, la Universidad de Murcia, de Granada, de la UNED y de la Universidad Miguel Hernández asegura que el 78% de las personas se vieron abrumadas por la incertidumbre (el porcentaje es aún mayor entre quienes tuvieron síntomas o fueron diagnosticados de la Covid-19 o perdieron su empleo), el 47% sufrió sentimientos de irritabilidad y enfado, un 45% cambios de humor, el 43% se vio aquejado por pensamientos depresivos o desesperanza.
Lo que ahora, ante un posible retorno, puede evocar emociones como la ansiedad.
“Entrar en confinamiento nos produjo malestar emocional, y salir también; y no es una cuestión de actitud, sino biológica, porque nuestro organismo tiende a la rutina y salir de ella nos crea inestabilidad; y tras 60 días de adaptarnos a vivir en casa y convertir esta en un refugio seguro, salir al mundo exterior es hacerlo a algo donde todo nos parecen amenazas, donde hay incerteza y una nueva realidad que no sabemos cómo afrontar, y eso es fuente de estrés emocional”, manifiesta para La Vanguardia, Oscar Aseroy, psicólogo clínico y director de Isep Clínic Reus y Tarragona en España.
Estas emociones pueden ser abordas desde la tristeza, la apatía y la desmotivación por retomar sus rutinas, así como la desorientación tanto en el quehacer diario fuera del hogar como la presión de la socialización con más personas.
Tenga en cuenta que todas estas emociones pueden ser expresadas con reacciones fisiológicas como taquicardias, tensión muscular, migrañas, dificultad para respirar, naúseas, insomnio, alteraciones gastrointestinales.
“Igual que hemos aplanado la curva de la pandemia, ahora toca aplanar la curva del estrés, porque sigue habiendo dificultades, nuestros problemas emocionales no van a desparecer de golpe, pero vamos en buen camino, la situación actual es mejor, y hemos de tener confianza en que tenemos recursos para afrontarla y superar los nuevos retos, como hemos logrado superar los anteriores”, enfatiza Rafael Penadés, psicólogo clínico en el Hospital Clínic de Barcelona.
Para ello debemos entender las emociones y aceptarlas, es completamente normal tener una respuesta emocional variable, con días alegres y de mucha energía y otros más tristes o angustiados.
Así mismo debemos ser capaces de retomar la rutina, pero bajo una organización, estableciendo un orden que brinde una percepción de seguridad en las actividades.
Psicólogos explican que es importante fijarse y cumplir horarios y tareas, tener metas, “pero sin exigirnos el máximo rendimiento en los inicios de esta reincorporación porque ni mente ni cuerpo están preparados”.
Sea flexible consigo mismo, estamos volviendo a una normalidad y se necesita aceptar eso para que pueda acostumbrarse.
Y recuerda, está bien si sientes ansiedad por el fin de las restricciones, si no quieres volver a la rutina, si ganaste peso durante el confinamiento, si tienes miedo de contagiarte o si sientes ansiedad ante la socialización. Esto es un proceso.
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