Un joven con visión empresarial, que usa sus conocimientos tecnológicos en el pilotaje de drones para ayudar, transmitir conocimientos e inspirar a otras personas
Cortesía: José Otero
El joven colombo – venezolano desde siempre tuvo una visión de negocios, la idea de emprender un proyecto en el ámbito social surgió en Caracas, con el propósito de brindarle asesorías a las comunidades en temas tecnológicos.
José Otero, a los 14 años tuvo su primer drone, fue un obsequio que recibió por parte sus padres, y que inicialmente era manipulado para la recreación, y poco a poco se fue convirtiendo en una pasión que le abrió un camino para emprender y usar su conocimiento en pilotaje de drones, y de esta manera, también para transmitirlo a los jóvenes interesados en usar estos objetos que son considerados vehículos aéreos no tripulados.
Su proceso inicial en el pilotaje no fue nada fácil, fallaba, lo estrellaba, pero su constancia y la práctica lo llevaron a ser un experto en el manejo de los drones, y desde ahí realizó uno de los primeros videos donde hacía una muestra aérea de Caracas.
“Al principio comencé como todos, estrellando cada día, y me pusieron a formarme, a acompañarme, y a poder construir esto como una empresa. En el proceso no solo he crecido profesionalmente, sino como persona. Siento que es un gran honor todo lo que se ha vivido, desde que comenzamos chiquiticos, sin esa perspectiva de soñar tan grande y ahorita con unas evidencias que nos permiten apostar a algo más allá”,
expresó Otero.
En el año 2014 José materializa lo que sería su empresa ‘Maxdrone’ en Venezuela. Con trabajo constante y afrontando cada reto por su traslado de Venezuela a Colombia y el cambio de mercado entre los dos países, al final su compañía se estabiliza en territorio nacional. Su llegada a Barranquilla fue muy fructífera, llegando a obtener premios de innovación que fueron desarrollando nuevos planes en avances tecnológicos y métodos patentados.
José Otero define a los drones como “una nueva revolución”, que ayudan a minimizar riesgos, costos y tiempo, una herramienta que también puede ser manipulada en distintas industrias, hasta poder dignificar las labores de las personas por medio del manejo de estas tecnologías.
La idea inicial de las obras sociales y que nació en Caracas, se concretó en Colombia, José Otero le apostó a la educación en temas de drones, impactando a través de charlas a estudiantes de colegios, jóvenes migrantes y el reto de poder traducir los cursos a wayuunaiki para llegar a la comunidad Wayúu.
Cortesía: José Otero
Mientras el mundo entero estaba confinado por la pandemia, José Otero adaptaba sus drones de manera manual con recursos y objetos que estaban en su hogar, con la finalidad de transportar los medicamentos entre sus vecinos, así nace ‘Lifedrone’, un proyecto que se viralizó en redes sociales, y que fue escogido por la Agencia Francesa de Noticias para representar al continente americano en la Campaña Mundial contra el Covid.
“Con pedazos de icopor de una nevera que había en la casa, vamos a cambiar la forma para que este drone que tradicionalmente por su forma no puede llevar un suministro podamos llevarle medicamento a sus vecinos, eso empezamos a probarlo en el mismo conjunto y lo grabamos, encendió corazones a través de las redes sociales, y dijimos que nosotros podemos formular esto, empezamos a presentarnos en distintos proyectos y recibimos financiación”,
comenta el empresario.
Actualmente, Maxdrone, bajo el liderazgo de José Otero, se encuentran trabajando en servicios especializados en agricultura de precisión, monitoreo ambiental y movilidad urbana. La vida e historia de Otero representa la constancia, el trabajo, los negocios y el querer hacer un cambio en la visión juvenil a través de sus acciones como emprendedor. Y poner a volar a sus sueños, tal cual como lo representa el lema de su emprendimiento: “Todos podemos volar”.
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