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Foto del escritorRegiónCaribe.org

Feministas se pronuncian sobre caso de futbolista premiada con juego de ollas

Este jueves se hizo viral en redes sociales la noticia de Dahiana Bogarín, la jugadora de la liga femenina de fútbol de Paraguay que recibió un set de ollas por ser la mejor jugadora del partido que su equipo, Olimpia, le ganó a Guaraní.


El caso generó polémica y alentó debates intensos en las plataformas digitales, pues muchos consideraron el reconocimiento como un acto de machismo. ¿Ese mismo regalo se lo habrían dado a un hombre?, se preguntaron. Región Caribe ORG consultó a activistas feministas para que dieran su opinión al respecto. Aquí recogemos sus voces.


Dahiana Bogarín sosteniendo el premio de la polémica. Foto: Instagram del Club Olimpia Femenino

Vanessa Manotas, de la Fundación Crassula, opinó que el problema no estuvo en el regalo en sí, ya que seguramente son productos de buena calidad, sino en la relación género-premiación. “Me refiero a esa construcción social que le hace pensar a la gente que las mujeres son merecedoras de premios que guardan estricta relación con las labores domésticas. Estas labores no son deshonrosas, aclaro, pero hacer ese vínculo es reforzar estereotipos de género”.


Manuela Posada, cofundadora de la Colectiva Feminista de la Universidad de Medellín, concuerda con Manotas en este punto. “El problema nunca ha sido la lavadora, la escoba, la olla”, afirma. “Es la narrativa que hace esperar que las mujeres sean quienes les den utilidad a estos utensilios. Por eso funcionan tan bien los descuentos de electrodomésticos en el Día de la Madre: por la narrativa de que las mujeres pertenecen a la cocina, que son ellas quienes deben encargarse de la alimentación y la economía del hogar. Siempre se espera que la mujer sepa comprar, elegir, ahorrar, etcétera. Es algo que viene de mucho tiempo atrás, con la figura de la mujer recolectora”.


“Esto es problemático”, añadió Posada. “Se trata de una jugadora que se destacó en el ámbito deportivo a pesar de que la invisibilización que sufren las mujeres en estos espacios es bastante alta. Comparemos este episodio con el caso de un Messi o Cristiano Ronaldo. A ellos, por ser los mejores del partido, les dan estatuillas, placas o trofeos, no ollas. El sesgo machista que hay en el deporte se perpetúa con este tipo de actitudes que lo único que hacen es decirles a las mujeres, de una forma camuflada, que ellas no deberían estar ocupando este tipo de espacios”.


Por su parte, Andrea Vargas, miembro del Colectivo Barrio Adentro, puso el acento en el aspecto simbólico del episodio. “Para poder destacarse, esta deportista tuvo que esforzarse el doble por el hecho de ser mujer. En ese sentido, comunicativamente, mediáticamente, hay que tener mucho cuidado con qué tipos de mensajes envía esa foto. Más allá de la utilidad de las ollas y que a la jugadora le haya gustado el regalo, en la actualidad hay que mandar nuevos mensajes y símbolos, nuevas visiones de mundo alejadas del modelo tradicional, que relega a la mujer a escenarios privados del hogar, como la cocina”, señaló la activista.


Las discusiones por presuntas actitudes machistas en el deporte no son infrecuentes. A principios de esta semana, el equipo de balonmano de Noruega fue multado por no jugar en bikini, sino en shorts. Tras la decisión, miembros de la prensa e incluso parlamentarios se manifestaron en protesta por una visión que juzgaron de otra época, impropia del siglo XXI.


En la otra orilla de la polémica, un sector de la prensa paraguaya ha intentado salir en defensa de Tramontina, empresa patrocinadora de las ollas y del club Olimpia femenino, pues aseguran que es una de las marcas que más ha invertido para el crecimiento del fútbol femenino en aquel país. Esto, desde luego, como bien han mencionado algunos internautas envueltos en la discusión, agrega una nueva arista al debate: ¿es casualidad que una marca de utensilios de cocina sea el principal sponsor de una liga de fútbol femenino?


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