Con las llamas de la esperanza, la alegría y la integración familiar, se honra la promulgación de la Inmaculada Concepción de la virgen María.
Por: Aldira Chamorro Ojeda
Con la Noche de Velitas comienza la celebración de las cuatro fiestas en Barranquilla, todos se alistan con velas y faroles para iluminar a la ciudad cuando cae la noche del 7 de diciembre y recibir el amanecer del 8 entre música, cantos y oraciones para celebrar la Inmaculada Concepción de la virgen María.
Esta tradición religiosa, que data del año 1.854, se ha convertido también en una expresión de la identidad cultural del país y, por supuesto, de Barranquilla donde ‘Las cuatro fiestas’, pieza musical del maestro Adolfo Echeverría, fue acogida como el himno de diciembre y el ritmo que ambienta los hogares atlanticenses en esta temporada.
Los faroles no pueden faltar en esta celebración, por ello, en esta época las calles más comerciales de la ciudad abren espacio a las ventas de ese producto que protege las llamas de las velas de la brisa decembrina, impide que se apaguen y garantiza que esas luces iluminen todos los hogares de la ciudad.
Además de representar una expresión religiosa y cultural, la Noche de Velitas enmarca, previamente, toda una actividad productiva y comercial que involucra a numerosas comunidades de diferentes barrios, tal como sucede en el barrio California, donde esta temporada representa un ingreso adicional para varias de las familias de ese sector de la ciudad.
Allí, se activa una masiva producción de faroles artesanales, elaborados con palitos de madera y colorido papel celofán, que son adquiridos por vendedores informales como Álvaro Martínez Mejía, quien llegó a la capital atlanticense hace 23 años, proveniente de su natal San Pablo, municipio ribereño del departamento de Bolívar.
En esta oportunidad, Álvaro compró a sus vecinos 1.500 faroles que comenzó a vender, desde los primeros días de diciembre, en pleno centro de la ciudad, sector donde la cantidad de ventas de faroles se confunden con la multitud de personas que, por estos días, se prepara con las compras que requieren para la primera de las cuatro fiestas de la temporada: la noche de velitas.
Con gran optimismo, Álvaro Mejía espera vender la totalidad de sus productos, los que complementa con velas para que los clientes consigan todo en un solo sitio.
Hoy es el último día para que Álvaro y sus colegas vendan toda la producción de faroles y velitas para que Barranquilla se ilumine esta noche con las luces de la esperanza, la alegría y la integración familiar.
Historia de la celebración
El 8 de diciembre de 1.854, el papa Pío IX promulgó la carta apostólica denominada ‘Ineffabilis Deus’, en la que declaró el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, es decir, donde se afirma que la madre de Jesucristo fue concebida sin pecado original. A partir de allí, se dice que los católicos de todo el mundo encienden velas y antorchas para celebrar el acontecimiento.
Pólvora y el alcohol adulterado
Las autoridades distritales y departamentales han dispuestos los correspondientes planes de contingencia para atender eventualidades relacionadas con el uso de la pólvora, no obstante, el mejor plan de contingencia que todos podemos activar es la prudencia con el uso de la pólvora y velar porque en cada uno de los hogares de la región Caribe los menores de edad no manipulen estos productos y alejarlos de los riesgos de intoxicación por la ingesta de los mismos. Todos somos responsables de que la alegría de estas celebraciones no sea empañada por accidentes que se pueden evitar, recordemos que no hay pólvora inofensiva y a los niños los afecta en mayor grado.
El recorderis también va para el cuidado que se debe observar al adquirir y tomar bebidas alcohólicas. Se deben seguir las recomendaciones de las autoridades para comprar el licor en establecimientos de confianza y verificar la consistencia, el color, la transparencia del líquido, al igual que la botella esté debidamente estampillada.
Es importante tener en cuenta que ingerir alcohol adulterado conlleva graves consecuencias, la persona se expone a riesgos que van desde quedar ciega hasta fallecer. Por eso, es relevante asumir estas celebraciones con mucha responsabilidad para que disfrutar unas festividades donde reine la alegría, la paz y la tranquilidad.
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