Esteban de la Hoz Vega es un joven artista plástico, que busca dejar un mensaje de motivación a través de sus obras de arte.
En las entrañas del municipio de Soledad, Atlántico, donde en época de verano el sol parece fundirse con los colores de las casas y las risas de los niños que juegan en las calles, vive Esteban de la Hoz Vega, un joven artista plástico, oriundo de Barranquilla, pero radicado en Soledad. Con manos curtidas por el sol y los pinceles, ha convertido un modesto garaje de su casa en su taller de sueños. Cada mañana, el aroma de los vinilos y la luz dorada que se cuela por las ventanas inspiran sus obras.
Esteban desde sus siete años siempre supo que el arte era su destino. Criado en un hogar sencillo donde cada centavo contaba, aprendió a apreciar la belleza en las cosas simples: en los rostros de figuras religiosas como la de Jesucristo, en los matices cambiantes del cielo al atardecer sobre el río Magdalena, pero fue el fútbol, el latido acelerado de Barranquilla, lo que despertó su pasión más profunda.
Los domingos, cuando los vecinos se reunían en los campos de tierra para ver los partidos de fútbol, Esteban se perdía en la magia del juego. No solo admiraba la destreza técnica de los jugadores, sino que veía en cada gesto, en cada expresión de victoria o derrota, una historia digna de ser contada con pinceles y lienzos. Soñaba con capturar la emoción del este hermoso deporte en sus obras, con transmitir la pasión que hacía palpitar el corazón de su comunidad.
Cada fin de semana, Esteban se unía a los muchachos del barrio para jugar en el polvo y el calor del mediodía. No era un gran futbolista, pero tenía una habilidad sorprendente para capturar los gestos y las emociones de los jugadores en el campo. Los partidos eran una danza de movimientos que se grababan en su mente y luego se deslizaban sobre sus lienzos con pinceladas vibrantes y llenas de vida.
“De niño practiqué fútbol y siempre me llamó mucho la atención el tema artístico hacia los futbolistas”, describe con seguridad este artista barranquillero.
La oportunidad de dar forma a ese sueño llegó cuando pudo graduarse de la Escuela Distrital de Arte en Pintura y al poco tiempo un momento rodeado de camisas amarillas cambió su vida. Sucedió cuando la Selección Colombia llegó a la ciudad para disputar un partido de Eliminatorias, y uno de sus jugadores más destacados era Luis Díaz. El extremo del Liverpool, con su velocidad y habilidad para desbordar por la banda, se convirtió en la inspiración perfecta para este artista, quien decidió que debía pintar un retrato de Díaz, no solo como un jugador de fútbol, sino como un héroe que encarna los sueños y aspiraciones de su gente. Sobre todo porque en ese momento Luis recuperaba a un padre que estuvo preso de la Libertad cerca de dos semanas.
Con paciencia y determinación, Esteban se sumergió en su obra. Cada trazo de pincel era una declaración de admiración hacia la destreza y el espíritu de lucha de Díaz. El cuadro cobró vida con cada capa de color, capturando la intensidad de sus ojos y la fuerza de sus voz, en el momento de celebrar un gol que estaba reprimido por mucho tiempo. Ese cuadro fue bautizado como ‘Nunca caminarás solo’.
“En el momento de hacer la obra, él (Luis Díaz) tuvo el suceso del secuestro de du papa y creo que me marcó mucho el apoyó que recibió de la gente a nivel mundial. Eso me hizo como un clic para tratar de desviar la obra. No solamente hacerle una obra a Luis Díaz, sino de también de transmitir un mensaje al espectador. Luego de haber realizado la decision final del rostro, me base mucho en la camiseta. En un principio la idea era hacerle un homenaje a ‘Lucho’, pero en visa de esta problemática surgió esta inspiración de apoyar a alguien cuando está pasando por un momento difícil”, precisa Esteban.
Cuando finalmente terminó el retrato, Esteban sabía que debía compartirlo con el mundo. Con el lienzo cuidadosamente envuelto bajo el brazo, se dirigió al hotel donde el equipo se hospedaba durante una visita a Barranquilla. Entre la multitud de aficionados y la expectativa de los periodistas, encontró a Luis Díaz.
Con manos temblorosas pero llenas de orgullo, Esteban mostró su obra maestra al futbolista. Luis Díaz, sorprendido y con una sonrisa de gratitud, examinó cada detalle del retrato con admiración. Esteban, humilde pero lleno de emoción, le contó la historia detrás de cada pincelada, de cómo había capturado no solo su imagen física, sino también su espíritu como jugador y como símbolo de la comunidad.
El gesto de Díaz al firmar el cuadro en la esquina superior derecha fue más que una simple autógrafo; fue un reconocimiento a la dedicación y al talento de Esteban como artista. Para Esteban, ese momento marcó un hito en su carrera y en su vida. Su retrato de Luis Díaz se convirtió en una celebración de la pasión compartida por el fútbol y el arte en Soledad, Atlántico, un recordatorio de que los sueños, cuando se persiguen con determinación y amor, pueden trascender las fronteras de lo posible.
“Para mi fue muy emocionante, Luis me dio un saludo, me dijo que me quedó muy bonito. En su gesto se le notó la alegría y la idea era que la él se sintiera apoyado”, cuenta con orgullo el artista plástico.
Para este destacado artista, ese día fue el punto más alto de su carrera como pintor. Su cuadro de Luis Díaz se convirtió en un símbolo de inspiración y orgullo para la comunidad de Soledad y más allá, demostrando que el arte puede unir mundos aparentemente distantes como el fútbol y la pintura, y que los sueños, incluso los más humildes, pueden alcanzarse con pasión y perseverancia.
Homenaje a las Marimondas de Barrio Abajo
Barrio Abajo, cuna de tradiciones y colores desbordantes, es el escenario que le dio vida a uno de los personajes folclóricos y más emblemáticos del Carnaval de Barranquilla: las Marimondas de Barrio Abajo. Estas figuras son reconocidas por su estilo y particularidad durante la fiesta más importante del país.
Esteban, quien además de ser pintor también es un destacado bailarín que hace parte de este grupo, decidió capturar la esencia del Carnaval en un lienzo, se sumergió en la tarea de retratar las Marimondas con una pasión inquebrantable. Sus pinceles, como varitas mágicas, dieron vida a una obra que reconoció los 40 años de este icónico grupo carnavalero y dentro de la pintura aparece una sombra que los acompaña desde la eternidad, se trata de ‘Paragüita’, creador de este fantástico grupo.
“La última obra que realicé es un homenaje a la comparsa de las Marimondas de Barrio Debajo de ‘Paragüita’, es una obra basada en lo que viven los integrantes en la Vía 40”, destaca Esteban.
Este cuadro podría terminar en la sede de este popular grupo folclórico, pero, por temas de tiempo, Esteban no se ha podido reunir con Patricia Gómez, directora de los más de 900 participantes con los que cuenta esta comparsa.
Sus obras se exhiben en un concurso
El concurso "Soledad Tiene Talento" es una plataforma local que busca descubrir y promover nuevos talentos en el mundo de la pintura. Para Esteban de la Hoz, participar en este evento no es solo una oportunidad de mostrar su arte, sino también un paso crucial hacia el reconocimiento y la validación de su trabajo.
Aunque el premio es que sus obras puedan venderse por una suma interesante de dinero, lo más importante para él es haber compartido su visión del mundo del fútbol a través del arte, haber dejado una huella en las personas que captaron sus pinturas.
Después de detallar cada una de sus obras, Esteban tiene la certeza de que su arte, su pasión por pintar la vida cotidiana de su tierra, ha tocado corazones y abierto puertas hacia un futuro lleno de posibilidades.
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