Esta mujer ha participado en todo los festivales de butifarra que se han realizado en este municipio del Atlántico.
El sol apenas empieza a asomar sobre Soledad, Atlántico, cuando Julia Orozco ya está en pie, lista para comenzar una nueva jornada en su cocina.
Desde hace más de 50 años, esta mujer ha dedicado su vida a la elaboración de butifarras, un embutido que no solo es un manjar en la región, sino también un legado que Julia ha conservado con esmero y dedicación.
Julia, quien lleva el nombre de su difunto esposo, ha mantenido viva la tradición familiar que él inició. A lo largo de cinco décadas, ha perfeccionado recetas y técnicas, convirtiéndose en una figura emblemática en el municipio. Con cada butifarra que elabora, Julia no solo revive el pasado, sino que también transmite su pasión y sus conocimientos a su hija, Vicky, quien ahora forma parte activa del negocio familiar.
“Yo inicié con las butifarras desde que era pequeña. Mi mamá era de las primera butifarreras, después ella envejeció y todo casi acabó, pero quedé yo con este legado”, dijo Julia a este medio.
El reciente festival de la butifarra en la plaza de Soledad fue el escenario perfecto para celebrar y compartir este legado. Julia y Vicky se unieron a la festividad, presentando sus productos con orgullo y alegría. La feria, que atrae a locales y visitantes, es un homenaje a la tradición de la butifarra y a aquellos como Julia y Vicky, que la mantienen viva.
Su producto estrella fue el arroz de butifarras, un platillo que voló de la mesa número 8, la que les correspondió en la organización del evento.
“Cada quien tiene su manera de preparar el arroz, pero yo tengo la mía. Me gusta echarle verduras, le echo ajo, pimienta de olor y un toquecito de sal”, precisó Vicky.
Mientras Julia trabaja en su cocina cada mañana, Hugo de la Hoz, otro destacado miembro de la comunidad, también juega un papel crucial en la preservación de esta tradición. Con más de 100 años de dedicación familiar a la elaboración de butifarras, Hugo es uno de los nombres más conocidos en Soledad.
Su experiencia y su reputación lo han convertido en un referente, y su presencia en el festival subraya el profundo arraigo de este arte en la cultura local.
Este veterano representante de los embutidos es el líder de ‘Butifarras donde Hugo’, un negocio que se convirtió en el pilar que le ha dado estudios a varios miembros de la familia de la Hoz.
“Tenemos 15 años de estar participando en el festival de la butifarra. Nosotros tenemos una generación de hace 107 años. Mi bisabuela fue la que inició el negocio de la butifarra. Yo hago parte de la cuarta generación que produce este embutido”, señala con orgullo Aldemar de la Hoz, hijo de Julio.
Julia Orozco y Hugo de la Hoz representan dos caras de una misma moneda: la continuidad de una tradición que ha sido parte integral de la identidad de Soledad. Mientras Julia sigue adelante con el legado de su esposo y transmite su arte a la siguiente generación, Hugo sigue siendo un pilar fundamental en la comunidad.
En cada butifarra que Julia y Hugo preparan, se encuentra no solo el sabor característico del embutido, sino también el compromiso de preservar una tradición que ha marcado la vida de Soledad por generaciones. Y así, a través de su dedicación y pasión, el legado de la butifarra sigue vivo, celebrando el pasado mientras se abre camino hacia el futuro.
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