Artículo escrito por: Ángela Carvajalino
Gerente de la Corporación Magdala.
A estas alturas de este tan extraordinario, pero convulsionado 2020, nosotros los que nos dedicamos a realizar actividades en pro del cuidado del medio ambiente, y en la manera como interactúamos y nos relacionamos con nuestro habitad, vimos como el Cielo, Dios; La madre naturaleza, o Ala , cual sea la creencia espiritual que se quiera, nos había dado una mano en nuestro empeño por demostrarles a los que no comparten nuestra teoría del cambio climático, que estaban equivocados, en los sistemas de desarrollo, producción e interacción que utilizamos actualmente.
Animales silvestres paseando por las calles de las ciudades
Recurso hídrico transparente, tanto en entornos residenciales como industriales.
Aires con mediciones más limpias
Parecían ejemplos que podríamos usar para que por fin empezáramos a entender que teníamos que corregir algunas cosas, y que estos cambios nos convencerían que el cambio era obligatorio, y que sí lo podríamos realizar de forma más rápida.
Hoy 5 de junio de 2020 el panorama es desolador; estamos siendo capaces de desperdiciar esta oportunidad para tomar el rumbo correcto, bajo el argumento de lograr una recuperación económica rápida y salvarnos del otro desastre, la destrucción del sistema que siempre hemos utilizado; y que dicho sea de paso, como ya está demostrado, se ve a gatas para solventar nuestras necesidades en las áreas de salud, desarrollo económico y bienestar social.
Entonces, no sería mejor, con criterio riguroso, ¿analizar las posibilidades de este cambio?
El profesor Andrade, Biólogo y profesor de la Universidad de los Andes en su artículo del periódico EL TIEMPO “EL PLANETA RESPIRA PERO NO SE RECUPERA” dice: “Datos y más datos que impulsan nuestra fantasía de un planeta recuperándose. Una idea muy romántica que puede ser tan inspiradora como peligrosa. “Primero, porque es apenas un fenómeno coyuntural y pasajero, y segundo, porque apenas la actividad humana retorne al nivel normal, volverán las emisiones”, agrega el profesor.
En efecto, en nuestra ausencia han ocurrido varios retrocesos en materia ambiental, por lo que decir que el planeta se está recuperando es totalmente ingenuo y oculta realidades más preocupantes.
A principios de abril, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) emitió una suspensión radical de la aplicación de las leyes ambientales y les dijo a las compañías que no necesitarían cumplir con los estándares ambientales durante el brote de Coronavirus.
El estado de California levantó la prohibición de bolsas de plástico en medio de preocupaciones de la propagación del virus por medio de las bolsas reutilizables. Ahora se les ha permitido a las tiendas proporcionar a los clientes bolsas de plástico desechables.
Por medio de una carta, alrededor de 25 líderes de algunos de los gremios más importantes del país, como el de la minería y la palma, le pidieron al presidente Iván Duque que se simplifiquen algunos trámites ambientales. Específicamente la licencia ambiental y las consultas previas, para alivianar los efectos económicos negativos que les causará la pandemia.
En Brasil la minería ilegal y la deforestación en los primeros tres meses de 2020, en la región amazónica aumentó un 51% con respecto al mismo período del año anterior, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).Colombia no es ajena a esas actividades ilegales, pero la información no fluye igual.Según datos de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena, en esta temporada han constatado la tala y quema en más de tres hectáreas en el departamento del Meta.
Mientras que la comunidad indígena Wiwa, ubicada en La Guajira, asegura que en este momento hay más de 100 mineros ilegales en sus territorios extrayendo oro con explosivos.
Esta última situación ha sido corroborada con los representantes @JuanCarlosLosada y @FabianDiaz, a través de las denuncias de sus cuentas de Instagram donde hablan tanto de la explotación ilegal en territorios protegidos, así como de la flexibilización de las medidas de requisitos y normas ambientales que rigen en el país para otorgar licencias o permisos ambientales a proyectos de extracción minera.
Y es que según los últimos informes especiales del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), si no disminuimos las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2050 la temperatura global habrá aumentado en 1,5 °C. Y aunque parece un número insignificante, será devastador, y no es teoría.
Hace una semana en la Universidad de Boston, el profesor Robert Kaufmann, director del programa de energía y medio ambiente, especialista en el mercado del petróleo, decía en un artículo para la BBC: “Quizás la gente ahora evitará proyectos que dependan del petróleo preguntándose: ‘ok, el precio está bajo ahora, pero volverá a subir, ¿vale la pena tomar ese riesgo?”.
Con estas perspectivas a nivel mundial, podríamos tener en cuenta algunas medidas para empezar a mejorar en este tema, como por ejemplo:
·Impuestos al carbono o ecológicos por usos y explotación de recursos; que sirvan para ser reinvertidos en la población más vulnerable.
La optimización de sistemas de transporte masivos y el impuso y promoción por medios de transportes como las bicicletas o patinetas.
La promoción y el desarrollo de los sitios emblemáticos de cada territorio como atractivo turístico para hacer de esta una actividad menos dañina y que a la vez contribuya con el enfoque eco turístico de cada ciudad. Señalaba Nicolas Sterm, profesor del London School Of Economist, en el conversatorio política de recuperación del cambio climático y la sostenibilidad después de la pandemia; entre otras posibilidades de cambio, desarrollado por el BID @BIDCambioClima.
El final
Entonces tenemos una coyuntura que nos obligó a parar, que nos mostró lo débiles e ineficientes de los sistemas que construimos para manejarnos, pero que a la vez nos mostró que podemos hacer cambios rápidos, y que nos sirvan a todos, y que además todo está en nuestra manos; la sociedad civil.
Creo que el costo que vamos a tener que pagar para recuperarnos de esto es inmensamente alto a nivel económico, y ni se diga en el social y de salud, ¿para volver a lo mismo? Está en nuestras manos como sociedad exigir a los tomadores de decisiones que opten por rescatar las empresas a cambio de imponer reformas sobre sus sistemas productivos con un enfoque ambiental o dejar que vuelvan a los mismos sistemas para “arreglar” de manera rápida la economía.
Lo positivo de esta horrible situación, debería ser el aprovechamiento de la misma para imponer los cambios necesarios en los hábitos de consumo, producción y comercialización hacia un ambiente más limpio. O mejor, como lo expreso el profesor Kaufmann : “La crisis climática no te dará la oportunidad de quedarte en casa y luego volver a la normalidad, cuando llegue será más severa y no se va a solucionar con una vacuna, no hay una cura mágica para el cambio climático”.
Imagen tomada de noticiassnpi.co
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