Juan Gossaín y Gabriel García Márquez sostuvieron, primero, una relación de admirador e ídolo; más tarde cultivaron una amistad que solo acabó con la muerte del nobel. “Fue el amigo más entrañable que he tenido”, dijo una vez el periodista sambernardino, que hoy cumple 73 años. Recordamos en esta nota la primera y la última vez que se vieron. *
El día en que se conocieron
Juan tenía 17 años cuando conoció a Gabo. Había nacido en San Bernardo del Viento, Córdoba, pero estaba en Cartagena estudiando el bachillerato. Un día, Juan vio en el periódico que en el Circo Teatro de Cartagena iban a proyectar Tiempo de morir, una película mexicana con guion de García Márquez. El adolescente (que por casualidad estaba leyendo una novela que el cataquero había publicado hacía cuatro años: La mala hora) dijo que quería ver esa película.
Para poder asistir a la función, tuvo que faltar al colegio. La experiencia en el cine fue escabrosa: el teatro no tenía techo, la brisa perturbaba la tela de la pantalla y, ya que era de día, la luz del sol impedía ver bien las imágenes. Al final de la película, Juan quedó inquieto, no tanto por los accidentes de la proyección como por la mención de su municipio que hizo uno de los personajes de la historia. ¿Qué hacía un pueblito cordobés de menos de 30 mil habitantes, que apenas si era conocido fuera de la región, siendo mentado en un largometraje internacional?
Debía ser obra de García Márquez. Aprovechó que el escritor andaba por ahí e interrumpió una charla en la que estaba para decirle:
—Perdone, ¿por qué usted menciona a San Bernardo del Viento en la película?
—¿Usted por qué quiere saber?
—Yo soy de allá.
Gabo le respondió:
—Me pareció un nombre muy bello para ser usado en una película. Además, un amigo mío que estudiaba medicina es de San Bernardo del Viento.
El amigo médico terminó siendo esposo de una prima hermana de Juan Gossaín.
El día de la despedida
El último día que se vieron fue también en Cartagena. Ocurrió antes de la celebración de un almuerzo especial que habían organizado en honor de García Márquez, que ya estaba muy enfermo. Al llegar, Juan lo vio vestido de blanco, sentado al lado de Mercedes Barcha. Tan pronto lo tuvo enfrente, Gabo le hizo señas para que se agachara. Acercó la boca a la oreja de su amigo e intentó decirle algo, pero no pudo. Al final, con resignación, le besó la mano.
—Te entendí perfectamente —le dijo Juan—. También te quiero muchísimo. Tú eres para mí un hermano y un ídolo.
No volvieron a verse.
Gabo murió a los pocos meses, el 17 de abril de 2014, en su casa de Ciudad de México.
* Esta nota fue construida a partir de una entrevista que le concedió Juan Gossaín al Centro Gabo en 2019.
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