Manuel Vergara es un pescador de Bocas de Ceniza y uno de los caribeños que dependen directamente del río Magdalena, invitado al conservatorio de Museo del Caribe llamado "Economía del río Magdalena con rostro humano", donde estuvo mostrando su tecnología artesanal con la suele pescar: su atarraya y una cometa que amarra con una botella de plástico.
Aprendió a pescar a los 15 años a través de su padre, hoy tiene 67 años y depende económicamente de dos cuerpos de agua: el río y el mar pues vive donde estos dos se encuentran, el emblemático barranquillero Tajamares de Bocas de Ceniza, donde pesca para posteriormente vender en su rancho ubicado en Puerto Mocho.
"Vendo, pesco y compro" afirma Manuel quien se levanta a la 1 de la madrugada para pescar y poder preparar su desayuno "Me levanto a la 1 de la madrugada a pescar y regreso a las 9 de la mañana a mi casa, preparo mi desayuno con mi pescao, me lo como con mi plátano verde y ahí sigo".
Esto lo hace todos los días para abastecer su cocina preparando sus 3 comidas para él y su familia conformada por su esposa y 7 hijos "Con eso he levantado a toda a mi familia y todavía lo sostengo, porque no he trabajado con mas nadie, todo siempre de mi cuenta"
Vende la libra de róbalo a 8mil pesos, la de urel a 5mil pesos, la libra de lebranche a 7mil y el sable 4mil pesos por libra. Durante el conversatorio mostró sus técnicas para pescar, una cometa hecho con papel celofán y nailon.
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