La tradición que le daba gusto a los 24 y 31 de diciembre y que desde 1993 le da sabor al Corregimiento de Pital de Megua, el Festival del Pastel, durante este fin de semana le abre las puertas a toda Colombia.
Las calles dejan a un lado la soledad para llenarse de mesas que con el pasar de las horas se llenan de turistas guiados por su olfato a la hora de comerse un pastel como ningún otro.
Ahí decenas de familiares dan lo mejor de sí para que esta, una nueva edición del festival, sea un total éxito, uno precedido por la tradición que enmarca cada mano que desde tempranas horas de la mañana preparan lo que muchos creen es un mangar de dioses degustado por almas terrenales.
Preparación de los pasteles
Se llega a él solo después haber recorrido 6 kilómetros de distancia cuando se está a puertas del municipio de Baranoa, en el departamento del Atlántico, de ahí poco a poco se van adentrando a una pequeña comunidad que en su tradición guarda el secreto para tal alimento, “cuando me preguntar por el secreto yo les digo que es el amor, y con él un buen adobo, un buen arroz, se marina la carne con sus verduras, es por eso que no tenemos competencia”, lo dice entre risas, Eva Lazo, una mujer que hace 24 años prepara lo que a consideración de muchos son unos pasteles deliciosos.
Pital de Megua es el único lugar que tiene por especialidad los pasteles, “En mi casa, cuando vivía en el municipio de Galapa no lo hacían, se preparaba pasteles normales, pero aquí los aprendí a hacerlos, eso es lo que más me gusta, prepáralos y comerlos”.
Para aprender su realización es recomendable el acompañamiento de un pitalero, tal como le ocurrió a Eva Lazo, quien de la mano de la abuela de su esposo tuvo su primer acercamiento “la abuela, vivía a aquí al lado cuando me llamaba para que la ayudara… Yo me iba a picar las verduras, pero siempre estaba pendiente de lo que ella hacía, de pronto un 24 de diciembre mi mamá me dijo que hiciéramos pasteles, y fue ahí donde logré poner en práctica lo antes visto”.
Eva Lazo - Cocinera
Esta es una tradición que va de generación en generación, es la identidad de la comunidad que con el pasar del tiempo quienes la lideran buscan su preservación “, las abuelas preparan los pasteles para la cena de Navidad y fin de año, eso se llevaba de tradición en tradición, de pronto los jóvenes de ahora no se pongan a hacer pasteles, pero las abuelas enseñaron a sus hijos, en mi caso mi niño menor lo pongo a limpiar las hojas bijao”
Así como ella, hay 25 mujeres que todos los fines de semana sacan adelante a sus hijos a través de la comercialización de los pasteles, aquellos que en medio de la festividad que se extiende tres días exaltan su identidad y la preservación de aquello que las hace grandes.
Cocinera
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