Van más de 50 horas en las que los barranquilleros han respirado monóxido de carbono. Región Caribe ORG conversó con el presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, Oswaldo del Castillo, para conocer las afectaciones que podría causarle al cuerpo humano el inhalar este humo.
Son cientos de barranquilleros los que permanecen en vilo y angustiados debido a la incertidumbre producida tras el incendio que se presentó en la empresa de biocombustibles e hidrocarburos, Bravo Petroleum, en la Vía 40.
Una de las mayores preocupaciones que han manifestado los ciudadanos es la afectación en la salud que podría desencadenar el inhalar constantemente estos gases y humos expedidos de la conflagración.
Por lo anterior, este medio de comunicación se contactó con el ingeniero químico, Oswaldo del Castillo, quien es el presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico.
Del Castillo explicó que el humo de este incendio no produce dióxido de carbono sino monóxido de carbono, gas mucho más dañino que el dióxido.
El profesional aseveró que el combustible que comercializa esta empresa contiene aditivos especiales para proporcionar un octanaje más elevado; según el, al quemarse este combustible se emiten gases los cuales son irritantes a la piel y en general para los órganos y los sentidos, “pues ahí se está produciendo mucho material particulado”.
“Este humo puede ser cancerígeno ya que este material particulado se anida en los alvéolos pulmonares y cuando te da una gripa se forma un cóctel con las bacterias y los virus y ahí se puede desencadenar una bronquitis, una pulmonía, cualquier tipo de enfermedad de esta naturaleza. Este humo también puede contener algunos aromáticos y estos aromáticos al oxidarse también generan unos gases que pueden ser cancerígenos”, aseveró el ingeniero.
¿Está bien ubicada esta fábrica?
Es de conocimiento general que este tipo de compañías deben estar ubicadas en sectores especiales precisamente para mitigar las afectaciones cuando se presenten este tipo de situaciones desafortunadas. Según Del Castillo, las autoridades distritales deben exigir la reubicación teniendo en cuenta que la Vía 40 ya no es una zona típicamente industrial como lo fue hace muchos años, pues actualmente es una zona que tiene un uso de suelo mixto.
“Ahí hay una alta población que está dedicada a la actividad comercial, hay muchas oficinas, hay una actividad turística muy fuerte, los barrios están vinculados a esa zona, entonces ya no es posible que sigan funcionando bodegas de esta naturaleza y sobre todo derivadas del petróleo. Lo ideal sería que se reubicaran por ejemplo en la zona de Juan Mina, por la Cordialidad o la zona orienta”, apuntó.
¿Cómo mitigar las afectaciones que produce este humo en el cuerpo humano?
En los últimos días las autoridades distritales han recomendado mucho el uso del tapabocas para evitar inhalar los gases tóxicos emitidos del incendio; sin embargo, Del Castillo explicó que es necesario especificar que no cualquier tapabocas es útil para este fin. Precisó que para proteger a los pulmones de estas partículas cancerígenas es necesario utilizar el tapabocas N-95, pues solo este tipo de tapabocas tiene la capacidad de filtrar hasta el 95% de las partículas aéreas.
“El tapabocas que se debe utilizar es el N-90 o N-95. Ese azulito qué hay por ahí no sirve, tiene que ser un tapabocas de los buenos para poder controlar, sobre todo en la tarde y en la noche cuando baja la temperatura, pues se recarga mucho más el área cercana a la superficie de la tierra”, añadió.
Según el ingeniero, durante el día el sol y el viento nos ayudan porque dispersan esos gases a ciertas alturas (aunque terminan contaminando a una población cercana) “como sucede en la Isla Salamanca, de pronto los que están ahí mismo no reciben el impacto, pero si lo recibimos los que estamos en Barranquilla”.
El profesional precisó que “es lamentable” que una empresa de este tamaño y capacidad no cuente con un sistema de espuma refrigerante “que son unos monitores que algunas veces están a cierta distancia de los tanques y cuando hay un problema de incendio porque se eleva la temperatura puede disparar manual o a través de un microchip”.
“Esta empresa no estaba preparada para esta emergencia y peor aún, la ciudad está muy atrasada en ese sentido, pues se estuvieron recogiendo algunos galoncitos de espuma refrigerante y solo se alcanzaron a recoger unos 20 o 25 cuando se necesitaban unos 5 mil. Es decir, no estábamos preparados”, dijo.
Por último, el ingeniero indicó que este tipo de empresas deben ser vigiladas y reguladas constantemente para garantizar siempre la seguridad industrial y evitar así pérdidas humanas o situaciones que se agraven tanto como la que está sucediendo actualmente en Bravo Petroleum.
“Es importante que las empresas cumplan con la ley y la ley exige que haya seguridad industrial y salud ocupacional en cada compañía para proteger su talento humano y para proteger su propio patrimonio. Además, las autoridades del Estado como lo son las entidades de salud a nivel local o a nivel nacional y también las autoridades ambientales que son las que revisan los planes de manejo ambiental, deben exigir los equipos de protección y los equipos necesarios para estos casos de emergencia”, puntualizó.
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