Por Alberto Ortega Manzanares
La pobreza es uno de los males crónicos que azotan a nuestro país. Es decir, el crecimiento económico sostenido durante este siglo no se ha llegado de la misma manera a todas las capas de la sociedad. Así pues, son muchas las personas que aún pasan hambre. Entonces, ¿qué pueden hacer para mejorar su nutrición a pesar de contar con pocos medios?
El hambre no da tregua
La última Encuesta Pulso Social del DANE cifra en 85% el número de personas que comen tres comidas o más al día en Barranquilla. Es decir, aún hay un 15% de personas que padecen inseguridad alimentaria en la arenosa. A pesar de lo duro de las cifras conviene mencionar que ha superado con creces el porcentaje del año anterior. Las consecuencias económicas de la pandemia y sus restricciones castigaron la economía de miles de personas que viven al día. Por ello es que menos del 40% de los encuestados disfrutaba de tres comidas hace un año.
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Sin lugar a dudas, se trata de un problema que preocupa los habitantes de la Costa. El hambre y la desnutrición también suponen problemas serios en otros lugares como Cartagena o La Guajira. Por el ello es que el presidente Gustavo Petro anunció que lanzará un plan contra el hambre en la región. Aunque aún no lo haya hecho, adelantó varios puntos importantes de este. La idea principal consiste en entregar un dinero mensual a las Juntas de Acción Comunal un dinero con el que entregar un desayuno, almuerzo o cena a cauquier persona que llegue a un albergue comunitario.
También pretende entregar 500.000 pesos mensuales como subsidio a las madres que crian solas a sus hijos. Psra ello deberá ajustar los criterios de quién lo recibe, ya que entregar 60.000 pesos mensuales le parece "limosna". “Que tengan hijos en la primera infancia. Esos 500 mil pesos las sacará de la pobreza, estadísticamente, y en primer lugar logrará que el plato de comida y la leche lleguen a ese niño a esa niña a ese bebé y podamos superar la desnutrición infantil, el hambre en donde más duele”.
¿Soluciones para los pobres?
El resultado de esta medida es incierto y comprobarlo requerirá tiempo. Sin embargo, nosotros hemos contactado con una nutricionista para que nos explique cómo comer más sano cuando se tienen pocos recursos. María del Carmen Aguirre afirma que el mayor problema que tienen los estratos más bajos consiste en la obtención de proteínas. Muchos piensan que solamente se logra en cantidades suficientes comiendo carne, pollo, pescado... No obstante, se puede conseguir de forma barata a través de legumbres como lentejas, frijoles o saragozas.
Las legumbres permiten obtener proteína inviertiendo menos dinero que en la carne o el pollo/Fuente: @agroalimentario en Twitter
Además, señala mezclarlas con cereales como el arroz para poder absorberlas. El grano posee carece de ciertos aminoácidos que el cereal sí tiene y que son fundamentales para sintetizar la proteína. Otra buena manera consiste en consumir huevo. Este alimento posee tanto grasas como proteínas y carbohidratos. Contiene todos los macronotrientes y también es fuente de micronutrientes como vitaminas. Es versátil y se puede preparar de muchas maneras. Los expertos recomiendan a los niños menores de cinco años ingerir un huevo al día para favorecer el desarrollo.
Por otro lado, hace un llamamiento a evitar alimentos costosos pero que no aportan nada realmente. Aquí entra toda la comida chatarra, especialmente el azúcar. "Muchas familias compran la botella de tres litros de gaseosa y la comparten en la cena. Esta tan solo les proporciona calorías vacías". Es decir, no tiene valor nutricional y su consumo puede llevar a problemas de sobrepeso, diabetes o dificultades cognitivas. Por ello recomienda comprar fruta y hacer jugos con ellas. Resulta un sustituto excelente porque los nutriconistas recomiendan cinco piezas de frutas diarias para obtener suficiente fibra y vitaminas.
Evitar los productos azucarados permite ahorrar dinero e invertirlo en fruta
Además, estas pueden salir baratas consumiendo las de temporada. También sugiere eliminar los fritos. Las empanadas mejor si se hacen con harina de maíz y se hornean. El hecho de freír supone la adición de diferentes grasas que saturan nuestro sistema circulatorio y nos pueden llevar al infarto. Además, también señala los embutidos como una fuente de despilfarro sin apenas valor nutricional.
"Contiene aditivos como colorantes, conservantes, añadidos vegetales que minimizan el aporte nutricional de la carne". Así pues, no compensa comer un producto lleno de sodio, grasas y aditivos que no nos nutre adecuadamente. Para acabar, mencionamos su propuesta para los niños en edad escolar. Sugiere que, en el caso de no haber menú de "bienestarina", ofrecido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, los niños pueden acudir con comida preparada basada en legumbres con cereales. Eso sí, conviene ingerir vitamina C (presente en cítricos y en las hojas verdes) antes de comerlas para favorecer la absorción del hierro y prevenir la anemia.
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