Son distintas las instituciones y centros educativos que contemplan la posibilidad de cambiar de la energía tradicional a la fotovoltaica. Esto, según explicaron, debido a los altos costos que mensualmente deben pagar en este servicio público.
Debido a las altas tarifas de energía eléctrica que aqueja desde hace meses a los ciudadanos de la región Caribe, algunas instituciones han optado por, desde ya, comenzar a contemplar la posibilidad de transitar desde la energía convencional a la fotovoltaica.
Específicamente son algunas universidades y centros educativos los que han ‘tomado la batuta’ para abanderar este proyecto que tiene como finalidad mermar las afectaciones que se han presentado tras la problemática.
Uno de esos sitios que contempla este cambio es la Universidad del Atlántico, sitio que, aunque pertenece al estado, también se queja de los altos costos que mes a mes deben pagar de energía. Su rector, Danilo Hernández, ha manifestado que esta es una situación “que nos golpea a todos”, según él, el monto total que paga la institución mes a mes es “demasiado alto”.
Hernández explicó que una de las situaciones más “preocupantes” es que la alma mater cuenta con recursos públicos limitados, de los cuales deben no solo pagar los servicios públicos sino también la nómina de todos los docentes y personal que trabaja allí.
“Esta es una problemática que nos impacta a todos. Sería bueno que las tarifas comiencen a descender, por el bien de todos”, dijo.
El rector de la UA precisó por último que desde la universidad ya se está “trabajando” para hacer el cambio de energía convencional a energía solar. Esto, según él, para poder mitigar los desequilibrios económicos que ha generado hasta ahora las altas tarifas ya pagadas.
Por su parte, el director de Infraestructura de la Universidad Simón Bolívar, Ignacio Consuegra, aseveró que la institución se encuentra desde el año 2015 en un programa que tiene como finalidad la reducción en el consumo de la energía eléctrica. Según él, esto se hizo en su momento tras el panorama que en ese entonces existía en Barranquilla.
“Acá se instalaron grupos electrógenos de respaldo para poder garantizar una continuidad en el servicio y que cubriese totalmente la planta física de la universidad. Esto para que también fuese posible que las clases y las actividades se desarrollaran de manera normal e ininterrumpidamente”, explicó.
Consuegra añadió que la alma mater ha “sobrellevado y analizado” la situación referente al aumento de las tarifas de energía desde aproximadamente inicios del 2021. Manifestó que fue en esa época en la cual se comenzó a ver un incremento de “más del 57%, de manera progresiva y con pago extraordinario”.
Por ese motivo, el docente enfatizó en que por el lado de la Unisimón también se está contemplando la idea de adquirir e instalar energía fotovoltaica, esto, “siempre y cuando” tengan la capacidad para suplir de energía a toda la universidad de manera normal y sin afectar el desarrollo de actividades.
“La idea es que para el año 2023 podamos implementar el primer proyecto de energía solar”, indicó.
Así como las universidades, otros centros educativos también se han visto “perjudicados” por la misma problemática. Tal es el caso del Centro Educativo Sonrisitas, en el cual, según la docente orientadora Lizeth Murillo, tienen una situación “insostenible”.
La mujer explicó que la institución pasó de pagar mensualmente unos 600 mil pesos, a pagar un millón, monto que según ella es “exorbitante”, ya que indicó que el centro educativo está ubicado en un barrio estrato dos.
“Esto ha sido algo muy preocupante. Hemos tenido que realizar actividades para poder reunir los fondos extras y completar el pago del servicio de luz. Por ahora nuestra petición es que el monto se normalice y podamos volver a pagar lo que pagábamos en años anteriores”, puntualizó la mujer.
Por el momento se sigue a la espera de que se lleven a cabo los proyectos que buscarán disminuir el valor de este servicio, el cual se ha convertido en una carga más para la comunidad.
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