Según Findeter, hasta el momento un total de 1.784 viviendas han sido intervenidas para su restauración.
Fueron miles de hogares afectados los que dejó el huracán Iota en el año 2020 tras su paso por la región Caribe colombiana. Precisamente fue en inmediaciones a Providencia y Santa Catalina en donde cientos de viviendas terminaron fuertemente perjudicadas por este fenómeno climático, siendo estas arrasadas casi en su totalidad.
Pese a lo grave del asunto, el Gobierno nacional adquirió el compromiso de recuperar y restaurar las edificaciones que fueron destruidas por el paso catastrófico del ciclón y hasta ahora ese compromiso da resultados, pues el presidente de la Banca de Desarrollo Territorial (Findeter), Ricardo Bonilla, presentó un balance sobre el avance en la reconstrucción de las 1.831 viviendas que la entidad tiene a cargo.
Según Bonilla, un total de 1.784 viviendas han sido intervenidas hasta el momento para su restauración. De esas 1.784, cerca de 765 fueron reparadas: se les realizó construcción de techos, se rehabilitaron cimientos y muros, así como redes hidrosanitarias y eléctricas, se repusieron puertas y ventanas, y se pintaron por dentro y por fuera.
De igual forma, Findeter aseguró que hay cerca de 736 viviendas a su cargo para construir ajustadas al lote. Dichas viviendas contarán con tamaños que van entre los 40 hasta los 200 metros cuadrados.
Respecto a lo económico, la entidad precisó que cada vivienda tuvo un costo promedio de 337 millones de pesos, y su construcción contó con estudio de suelo, diseño y concertación con la familia, zona segura al interior de las viviendas y anclajes resistentes a huracanes.
Adicional a lo anterior, cerca de 330 viviendas tipo refugio se están levantado en puntos estratégicos de Providencia. Esto con el objetivo de que, en caso tal de presentarse una nueva emergencia ambiental de esta magnitud, las familias del territorio tengan un lugar seguro en el cual resguardarse.
Se sabe que estas edificaciones de protección están realizadas con una capacidad para albergar a cerca de 20 personas, tienen diseños específicos que las ayudan a resistir fuertes vientos (de hasta 250 kilómetros por hora) y la construcción de estas se llevó a cabo tras más de 20 mesas de trabajo realizadas con la comunidad.
Es preciso mencionar que este proceso de construcción, refugio y reubicación es liderado por el Ministerio de Vivienda, de la mano de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Esto, con el apoyo de entidades como Fontur, Innpulsa, Invías, Dapre y Findeter. Esta última fue contratada como ejecutor de varios proyectos, entre ellos la reparación y reconstrucción de viviendas.
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