El Banco Interamericano de Desarrollo otorga nuevo crédito a la capital del Atlántico con el fin de contribuir a la sostenibilidad urbana de Barranquilla, por una cantidad de 250 millones de dólares.
Del 17 al 21 de marzo, Barranquilla será la anfitriona de la máxima instancia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): la Reunión Anual de las Asambleas de Gobernadores del BID y BID Invest. En este marco se hizo el evento protocolario de la firma de la entrega del nuevo crédito otorgado con la entidad internacional.
Estos recursos serán destinados para aplancar la sostenibilidad urbana de Barranquilla mediante las iniciativas contempladas en el plan de desarrollo del alcalde Jaime Pumarejo.
El primer préstamo, desembolsado a través de la Banca de Desarrollo Territorial – Findeter entre 2015 y 2019, por una cantidad de 100 millones de dolares se ejecutó en el marco del Programa de Fortalecimiento Fiscal y del Gasto de Inversión Pública en Barranquilla, cuyo propósito fue “contribuir a la mejora de la sostenibilidad fiscal y urbana de Barranquilla”.
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Este primer prestamo se llevó a cabo según comunica la entidad por el buen desarrollo del piloto para Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), un programa de asistencia técnica que ofrece apoyo directo a las ciudades de América Latina para el desarrollo y ejecución de planes de sostenibilidad urbana.
Por lo tanto, incluyó el acompañamiento tanto del BID como de Findeter a lo largo de todo el proceso. Con el seguimiento y la evaluación de ambas entidades, la ciudad fue monitoreada en varios aspectos, que concluyeron con resultados positivos relacionados con la mejora de la gestión fiscal y el desarrollo urbano de la capital del Atlántico.
Ad portas de llevar a cabo la Asamblea del BID 2021, después del aplazamiento por un año a raíz de la pandemia, Barranquilla y su alcalde Jaime Pumarejo Heins destacan la importancia de contar con el apoyo de la banca multilateral, especialmente durante la última década, en la que la ciudad consolidó su proceso de recuperación fiscal y económica y se catapultó como la ciudad que más redujo el desempleo en Colombia y una de las más destacadas en Latinoamérica en materia de crecimiento y desarrollo social.
Desarrollo urbano
El componente principal del programa de inversión con los dineros del BID fue el desarrollo urbano. Con los recursos se financiaron distintas obras de mantenimiento de vías, mejoramientos de viviendas, construcción y readecuación de parques, construcción de escenarios deportivos, la compra del predio para la construcción de la Fábrica de Cultura de la ciudad, entre otros.
Un aspecto importante fue el mejoramiento integral en los sectores suroccidente y suroriente de la ciudad. Este incluyó la pavimentación de vías, en el marco del programa distrital Barrios a la Obra, en el cual las comunidades contribuyeron con mano de obra, lo que derivó en actividades de reencuentro y promovió el sentido de pertenencia. Asimismo, la construcción de ciclorrutas y la puesta en marcha de centros de desarrollo infantil y de puntos de atención primaria en salud.
A partir de la ejecución de este componente, durante el período 2016–2019, se entregaron 676 nuevos tramos viales en esas zonas, con una longitud de 118 kilómetros lineales.
También se señalizaron y demarcaron 20 kilómetros de bicicarriles y fueron construidos siete puntos de atención en salud y tres Centros de Desarrollo Infantil-CDI.
Otro aspecto fue el de recuperación y adecuación de parques públicos, la estructuración de programas de mantenimiento para los mismos (guardaparques) y la realización de actividades pedagógicas con los usuarios para evitar el vandalismo, la acumulación de basura y la violencia en estos espacios.
En total, durante la administración anterior, y con apoyo de este crédito del BID, fueron recuperados 160 parques ubicados en todas las localidades de la ciudad.
Resultados destacados
En 2020, Findeter entregó los resultados de la evaluación hecha a las obras ejecutadas con los dineros del BID destacando los factores de éxito del programa de inversión pública, como la visión y el modelo de administración de la ciudad y la priorización que se les hizo a las obras, lo cual se reflejó en buenos indicadores económicos y sociales.
Además, otros aspectos resaltados:
Las intervenciones ayudaron a mejorar los indicadores de pobreza y equidad, muestra de ello es que la pobreza monetaria bajó de 39,5 en 2010 a 21,1 en 2018 y el coeficiente de Gini bajó de 0,49 en 2010 a 0,44 en 2018.
La ubicación de las obras fue estratégica, los parques recuperados se distribuyen por toda la ciudad, mientras que las viviendas intervenidas se concentran en lugares vulnerables.
Las obras de mejoramiento de parques están en buen estado, son usadas y conservadas, cuentan con equipamientos para personas con discapacidad y tienen disponibilidad de sombra y buena iluminación.
En cuanto a la rehabilitación de vías, la malla vial está en buen estado, ordenada y aseada, cuenta con accesos y señalización adecuada, tiene disponibilidad de sombra, buena iluminación y arbolado conservado.
Sobre los mejoramientos de vivienda, las intervenciones permitieron que los espacios sean adecuados, las obras están conservadas y los propietarios están satisfechos con la obra y su ejecución.
Los beneficiados de manera directa tienen una mayor percepción de seguridad, producto de la adecuación e iluminación en las calles.
Ahora, cuando Barranquilla recibirá al equipo directivo del BID para instalar la asamblea anual y discutir los retos de desarrollo en la coyuntura económica actual, es momento para consolidar la buena relación con esta banca multilateral y definir esta nueva oportunidad de crédito, que cuenta con garantía soberana y será un impulso definitivo para que el Distrito ejecute los proyectos contemplados en el Plan de Desarrollo 2020–2023.
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