Más de 30 niños, niñas y adolescentes se desbordaron en gracia y alegría, sumándose al gran latido del Bum Bum Festival.
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Luego de la memorable experiencia que vivieron centenares de niños estudiantes de las escuelas oficiales de Barranquilla, Soledad 2000, Malambo y Soledad, disfrutando del exitoso evento ¡Vamos a La Cueva!, Ahora el turno fue para: Los niños pintan la selva de Noé León en La Plaza de la Paz, El Bum Bum Festival y La Fundación La Cueva volvieron a poner a latir los corazones de los niños, niñas y adolescentes residentes en la ciudad.
La risa, la sorpresa, la felicidad y el asombro fueron las emociones principales que experimentaron los niños al escuchar a viva voz la historia sobre la vida y obra del pintor Noé León, su cercanía con el Grupo de Barranquilla y todas las aventuras, y las más fabulosas anécdotas que acontecieron en La Cueva de 1954 a 1969. De la mano de la maestra en artes plásticas Linda Montoya, los niños asumieron el reto de pintar, de jugar con su imaginación, de divertirse creando, poniéndole colores a una réplica del famoso mural que engalana, el salón principal de La Cueva, mientras escuchaban un puñado de relatos fantásticos.
En esta ocasión, 30 niños, niñas y adolescentes se desbordaron en gracia y alegría, sumándose al gran latido del Bum Bum Festival y la Fundación La Cueva, experimentando esta maravillosa actividad lúdico-pedagógica: Los niños pinta la selva de Noé León, un evento organizado por Bancolombia y El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, gozando de una experiencia que se hizo y se vivió, desde el corazón.
El mural fue replicado en simple línea a escala infantil, para que los niños participaran de manera colectiva poniendo colores, acompañados por la artista invitada, Linda Montoya, quien fue la encargada de guiar esta bella actividad lúdica y formativa.
Algunos de los pequeños que se acercaron al territorio mágico de La selva de Noé León, llegaron acompañados por sus profesores de arte, otros con sus padres y familiares. Los niños no querían dejar de pintar y manifestaron lo mucho que les había gustado la actividad, mientras los padres y tutores, no dejaban de preguntar cuándo se repetiría.
“Los niños pudieron conocer la historia de Noé León, acerca de su vida y de su obra, ¿cómo llegó a Barranquilla?, ¿qué lo inspiraba, qué profesiones ejerció?, ¿cuáles fueron sus grandes influencias en la pintura? Aprendieron la técnica de cómo tomar el pincel, cómo hacer un afecto. Incluso los adultos que acompañaron a los niños terminaron pintando y viviendo la experiencia”, relató la maestra en artes plásticas, Linda Montoya.
De acuerdo con Montoya, la experiencia fue tan positiva, que resultó siendo un muy buen plan, no solo para los pequeños, sino para toda la familia, “le robamos clientela a los centros comerciales, la gente prefirió quedarse a pintar que ir a gastar dinero y vitrinear”.
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