Artesanos de 10 comunidades de la región Caribe estuvieron en la tercera versión de la Feria Sabor Barranquilla, vendiendo bolsos, sombreros, accesorios, chinchorros y elementos para la casa.
Maria Eli, quien viene de Usuacurí, tiene 27 años y se dedica a realizar artesanías en palma de iraca para elaborar elementos del hogar, bolsos y accesorios. María aprendió a tejer con palma desde los 7 años, gracias a su abuela, quien es vendedora en el pueblo. “Es algo que desde tu naces y creces en tu casa lo ves, que los abuelos lo hacen y siento que es una bendición de Dios. Ojalá que todo el mundo la tuviera” esta artesana agrega que una de las ventajas de Sabor Barranquilla es poder encontrar contactos para el negocio.
Heriberto Chávez artesano del corregimiento El Cedro, cerca de Ayapel, Córdoba afirma que le ha ido muy bien en la feria de Sabor Barranquilla con sus artesanías de la palma de cege con la cual realiza centros de mesas, lámparas, jarrones, servilleteros y cubierteros.
Chávez, es artesano hace 7 años “Me gusta porque eso uno lo tiene dentro, eso es una pasión que a uno le nace de ser artesano y trabajar manualmente” expresó . Él junto con artesanas de Colombia ha podido visitar diferentes lugares del país como Medellín, donde estuvieron recientemente participando en la Feria de la Flores.
Por su parte Ailin Acosta Pushaina de 24 años, procedente del resguardo indígena Wayú Provincia de La Guajira, afirma por el contrario que la gente en Barranquilla no valora las artesanías “Por acá no se valora mucho el tema de las artesanías en general, por los precios. Debería ser lo contrario porque uno, por ejemplo si va a Medellín y Bogotá, a uno le va muy muy bien, en cambio acá no se ha visto ese auge”.
Ailin aprendió a realizar artesanías con su mamá, tías y abuela cuando tenía 6 años. En promedio dependiendo del tamaño del producto, dura 15 días o una semana. Sobre su trabajo concluye “Esto hace parte de una cultura que hay que seguirla fortaleciendo cada día para que no se pierda”.
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