Por Alberto Ortega Manzanares
Amanece este 4 de noviembre con una intensa lluvia que, de nuevo, ha inundado las calles. Los arroyos no dan tregua a una ciudad que exige respuestas ante un problema que no cesa.
Sí bien las autoridades públicas canalizaron una parte importante de estos desde la estrategia "Barranquilla sin Arroyos" de 2008, muchas calles siguen convirtiéndose en torrentes imparables.
Por esta razón es que resulta de interés el anuncio de este jueves de Alberto Salah, gerente de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI). Según él, en los próximos días será entregado el Plan Maestro del sistema de alcantarillado fluvial de Barranquilla. Lo definió como la hoja de ruta para que las siguientes administraciones atajen de una vez por todas el problema de los arroyos.
Cortesía de @deimerespinoza en Twitter
Debemos resaltar que las intervenciones también contemplan la creación de espacios con arborización, peatonalización, vías y ciclovías sobre las canalizaciones. Justo en la línea de las sugerencias del ingeniero Gabriel Oyaga en el anterior artículo.
El mismo Salah afirmó que los la ciudad cuenta con una canalización del 70%. Es decir, 67 kilómetros de canales pluviales dentro del mencionado plan "Barranquilla sin Arroyos", la distancia de la Arenosa a Ciénaga.
El problema viene de lejos
Sin embargo, debemos entender bien la problemática. Lo primero es resaltar que, según estadísticas oficiales, Más de 110 personas han perdido la vida en los arroyos desde 1933. Se trata de un caso único porque en la mayoría de lugares del mundo las inundaciones suelen ser algo puntual en lugar de crónico.
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Barranquilla es una ciudad muy seca de diciembre abril (1-25mm/mes de precipitaciones) pero en la época de lluvias, de mayo a noviembre, cambia la cosa. Con 70-178 mm/mes sube el nivel del río, crece la ciénaga Mallorquín y aumenta el número de arroyos.
Resultan un problema desde que la ciudad comenzó a crecer de forma descontrolada en el siglo XX. No fue hasta mediados de los 80 que se hizo el Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla por la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa (JICA).
No obstante, la alcaldía no avanzó nada hasta 2008 bajo el gobierno de Álex Char. ¡Más de tres décadas después! Curiosamente, la ciudad se encontraba en plena Ley 550 de restructuración financiera (terminada en 2018). A pesar de ello, la administración se puso manos a la obra y logró canalizar 9 de los 15 arroyos más peligrosos.
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Estos son el arroyo Hospital, el de la carrera 65, el de La Felicidad, el de las calles 91 y 92, el de la carrera 21, el de las calles 75 y 76. El de la calle 79, el de la calle 84 y el arroyo La María.
Conclusión
Queda probado que se puede avanzar y hay soluciones. Sin embargo los ciudadanos deben saber que serán largas y muy costosas en el corto plazo. Aún queda mucho por hacer.
Canalizar los más de 50 arroyos de la ciudad no es fácil y no se soluciona en una o dos administraciones. Todos los grupos políticos deben llegar a un consenso para remar en la misma dirección con el paso de los años y dejar en el pasado los días en los que la lluvia paralizaba la ciudad