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POR: TOMAS RODRIGUEZ CHING
Foto: cortesía
El voto Caribe cumple trece (13) años de haber sido depositado, un poco más de dos millones quinientos mil (2.500.000) votos, fueron una contundente expresión de la voluntad política del ciudadano costeño a la constitución de la región caribe, este notable hecho político ha sido una de la manifestación más significativa de participación ciudadana directa, en nuestro país.
La respuesta del entonces gobierno del presidente Juan Manuel Santos fue la presentación, tramite y aprobación de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, la expedición de esta norma era requisito indispensable para el desarrollo legal de los artículos 306 y 307 de la constitución política de 1991, que contempla en dos etapas el proceso de regionalización, primero una consolidación de la región administrativa y de planificación (RAP) y posteriormente el tránsito a convertirse en región como entidad territorial (RET).
Sin embargo, el contenido y alcance de la LOOT, no fue el esperado, “un saludo a la bandera”, pues no reglamentaba, ni desarrollaba los principios constitucionales, convirtiéndose una frustración más para las regiones y una muestra más de las persistencias fuerzas centralistas arraigadas en las estructuras del estado colombiano.
En su momento Amílcar Acosta, nuestro recién nombrado director de la RAP Caribe,no dudó en calificarla de “Inicua, Inocua y Vacua”, precisamente por no contemplar los elementos necesarios para avanzar en una verdadera reorganización del poder del estado a través de la descentralización y la autonomía de sus entidades territoriales, en especial por medio de la efectiva constitución las regiones en Colombia, y particularmente la del Caribe Colombiano.
Si bien es cierto que la LOOT avanzo en la armonización de los regímenes de las entidades territoriales y organismos administrativos, no avanzo en la financiación de las RAP dejándolas anémicas en términos de recursos y mucho menos abrió el camino a las RET, pues solo se limitó a literalmente transcribir el artículo de la constitución concerniente a este tema.
Ante esta nueva realidad, a iniciativa del gobernador del Atlántico Eduardo Verano de la Rosa, logro sacar adelante una reforma legal conocida como la ley de regiones, que ha permitido la posibilidad de contar con mayores fuentes de financiamiento de las RAP, incluyendo indirectamente recursos del presupuesto General de la Nación y el Sistema General de Regalías, que son los de mayor vitalidad en estructura financiera de la nación.
Además, fijo las condiciones para la transición de la RAP a la RET. Sin duda la mejor noticia que hemos podido recibir los regionalistas costeños por parte de los gobernadores actuales, ha sido su intención de retomar el camino de la integración regional revitalizando la RAP Caribe, la designación de Amílcar Acosta genera institucionalidad en sí misma, supera cual resistencia y celos parroquiales que suelen presentarse en estos complejos procesos de construcción de región, su reconocido liderazgo nacional, su experticia en lides políticas y administrativas, su talante intelectual y caribeño, hacen de este nombramiento un acierto que nos llena de esperanza y entusiasmo.
Sobre todo, esto ocurre en el momento en que de discute nuevo plan de desarrollo nacional y se avecinan la transición de los mandatos de los gobiernos locales. Es el tiempo de reactivar la bandera de la región, de la integración, de rodear y atender con vigor las convocatorias de la RAP, los retos del desarrollo regional están presentes, necesitamos del compromiso decidido del sector productivo y de la academia, y por supuesto de la ciudadanía de la región. El mandata del voto caribe sigue vigente.
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